jueves, 26 de noviembre de 2009

El legado que construye Martinelli

El presidente Ricardo Martinelli cumplirá próximamente medio año al frente del Ejecutivo. En este período no ha logrado imprimirle a su gestión un impulso distinto a experiencias del pasado que pueda identificarse con su lema del “cambio”, eje central de su campaña electoral. Sus colaboradores más cercanos fueron reclutados de los mismos sectores empresariales que colaboraron con los gobiernos anteriores. Los otros poderes – Legislativo y Judicial – también siguen empantanados en aguas turbulentas, sin transparencia.
A pesar de las limitaciones, sus partidarios e, incluso, sectores de la oposición señalan que Martinelli ha logrado definir algunas metas que le permitirá dejar su huella como mandatario panameño. Se menciona que la ideología de Martinelli es de derecha pero “eficaz”. Además, hay quienes juegan con la idea de que el mandatario panameño, en el mejor estilo maquiavélico, se ha acercado a sectores de la izquierda panameña. También, hay otros a la derecha del espectro político que aplauden su iniciativa de lanzar una cruzada conservadora a nivel regional.
Es oportuno señalar que los tres objetivos señalados por los defensores de Martinelli tienen poca sustentación sobre los cuales descansar. Veamos con más detalle cada una de los supuestos objetivos políticos:
1. Martinelli no representa una derecha "eficaz" que ha roto con el "tradicionalismo" de los grupos de esa ideología reaccionaria. Tampoco representa un sector empresarial con una visión clara de su accionar político. Martinelli es el resultado de la bancarrota de los partidos que ocuparon el espacio político después de la invasión, quienes han encontrado un buen administrador mediático. Una derecha "eficaz" fue la fracción del PRD (Frente Empresarial) que lideró Pérez Balladares en la década pasada que hizo "tabla rasa" de la clase obrera (Ley 95), capas medias, burguesía productiva y la ideología nacionalista de amplios sectores del país (CMA). Las políticas neoliberales de Pérez B. debilitaron tanto al país que todavía no se ha recuperado.
2. Martinelli no tiene en su proyecto formar alianzas con supuestas izquierdas "radicales" panameñas para debilitar a otros sectores "moderados". La alusión obvia, que hacen estos analistas, a FRENADESO o PAP es producto del temor que tienen con relación al descalabro interno sufrido por el PRD. Generar este tipo de fricciones en los sectores de la izquierda panameña, parecieran tener la intención de entregarle a la derecha y a EEUU la iniciativa para "manipular" a los sectores progresistas panameños. Una debilidad extendida en la región donde los sectores progresistas (Venezuela, Bolivia y Ecuador) llegaron al poder mientras la izquierda se disputaba espejitos ideológicos.
3. El proyecto de la derecha en América latina, con su componente militar, lo encabeza EEUU. La ofensiva político-militar de Washington en Colombia tiene como objetivo el eje bolivariano con Venezuela a la cabeza. Para ello golpeó fuerte en Honduras y asumió el rol de "componedor" en las elecciones panameñas. EEUU liquidó Haití, tiene a México de rodillas y ahora quiere ir directo a la yugular del continente. Martinelli tiene un papel menor en este juego que desarrolla EEUU: Es el peón que puede ser sacrificado por Washington en el momento menos esperado.
El equipo asesor más cercano al presidente, por su lado, tiene muy claras cuáles son las tácticas políticas a corto y mediano plazos: 1. Martinelli no debe perder puntos en los sondeos de popularidad, 2. Debe obviar los conflictos internos de la alianza gubernamental y 3. Debe mantener una línea expedita con la Embajada de EEUU.
Panamá, 26 de noviembre de 2009.

jueves, 19 de noviembre de 2009

Por un voto EEUU traiciona a Honduras

El pueblo hondureño sigue sufriendo los embates de un golpe militar dirigido y ejecutado por EEUU el 28 de junio de 2009. Honduras es un país ocupado militarmente por EEUU desde principios de la década de 1980. Fue precisamente en la base norteamericana de Cano Soto (Palmerola), cercana a Tegucigalpa, que se planeó el golpe y los militares norteamericanos dieron las "órdenes del día" a sus colegas locales. (¿Qué coincidencias tiene este operativo con los ejecutados por Castillo Armas en Guatemala, Pinochet en Chile y Banzer en Bolivia el siglo pasado?)La tragedia, sin embargo, tiene, además, su lado maquiavélico. El golpe tiene su similitud con la invasión a Panamá en 1989 y el arresto de Noriega. En aquella ocasión se invadió un país para crearle una nueva imagen al entonces presidente Bush (padre) considerado un "whimp" por el establishment y sus poderosos medios de comunicación.¿Qué ganancia saca el presidente Barack Obama del golpe en Honduras?
1. ¿Cambiar su imagen de hombre "suave" a una nueva imagen de hombre "duro". No.
2. ¿El triunfo del bien sobre el mal? No.
3. ¿La seguridad de las vidas y bienes de ciudadanos norteamericanos amenazados en Honduras? Tampoco.
4. ¿El nombramiento mediante aprobación del Senado del secretario adjunto de Estado y del embajador de EEUU en Brasil? Exactamente.
Valenzuela y Shanon dirán bien vale un golpe militar en Honduras para asegurar sus nombramientos. Obama y Hillary Clinton se anotarán un triunfo partidista más en el Senado de EEUU.El periodista hondureño, Roberto Quezada, lo explica con claridad en su reciente artículo:
El "propósito de Thomas Shannon, ya hecho público, no era buscarle solución al golpe de Estado-militar en Honduras sino su problema de ser vetado como embajador de Brasil y levantar el veto a Arturo Valenzuela como subsecretario de Estado para América Latina, (bloqueado) por el senador republicano Jim DeMint. Según DeMint, "la secretaria de Estado, Hillary Clinton, y Shannon me han garantizado que EEUU reconocerá el resultado de las elecciones hondureñas, haya sido restituido o no Manuel Zelaya". Hecho este anuncio, por parte de magia se levantó el bloque al nombramiento de Valenzuela en el Senado.Según denuncia Quezada, “las declaraciones de Shannon en CNN no fue una entrevista ni una noticia. Fue un mensaje directo para que fuera explotado por los golpistas de la mejor manera y para desmoralizar al pueblo hondureño".
Un experimentado diplomático norteamericano, Robert White, ex-embajador de EEUU en Paraguay y El Salvador y actual presidente del Center for International Policy en Washington, señala que “es triste contemplar la manera en que el gobierno de Obama ha manejado tan mal un desafió en el cual tuvo el apoyo de todo el hemisferio”. Agrega que “no sorprende que el presidente Lula de Brasil haya acusado a Obama de romper su promesa de construir una nueva relación con América Latina”.White confirma que el senador DeMint estaba complacido de que el Departamento de Estado por fin entendió que "es esencial que estas elecciones (en Honduras) se lleven a cabo y sean reconocidos”. Se refiere a la elecciones fraudulentas que pretende orquestar el 29 de noviembre el gobierno de facto golpista. La Premio Nóbel guatemalteca, Rigoberta Manchú, calificó al usurpador Micheletti como "el nuevo dictador de América latina".
Panamá, 19 de noviembre de 2009.

jueves, 12 de noviembre de 2009

¿Atacará EEUU a Venezuela?

Los medios de comunicación destacan un supuesto peligro de guerra entre dos países hermanos como Colombia y Venezuela. Sin embargo, detrás de los tambores y trompetas se sitúa el verdadero peligro: la escalada militar de EEUU en Colombia. El gobierno norteamericano tiene en su lista de enemigos al gobierno bolivariano de Venezuela. Washington participó activamente en el golpe militar-empresarial de 2002 que separó al presidente Hugo Chávez de la presidencia por dos días.
Los funcionarios de los presidentes Bush (2001-2009) y Obama (2009 - ) han conspirado para debilitar al gobierno de Caracas mediante tácticas diplomáticas y militares. En este último caso, Washington le negó repuestos de armas bélicas a Venezuela por encontrarse en su lista de países enemigos. También le prohibió a Brasil y a Francia que le vendiera armamento. Venezuela le compró las armas a Rusia.
El presupuesto militar anual de Venezuela es de 2 mil millones de dólares. Está cerca del 0.3 por ciento del presupuesto de EEUU. Representa como la tercera parte de los presupuestos militares de Colombia y Chile, respectivamente. En la actual coyuntura, Venezuela teme que el gobierno colombiano sea empujado por EEUU para actuar de manera irresponsable.
Afortunadamente, Bogotá ha dicho que no tiene intenciones de atacar a Venezuela. Sin embargo, hace pocos días firmó con Washington un tratado mediante el cual este país ocupará siete bases militares en las proximidades de la frontera con el país vecino. EEUU comenzará a reconstruir la base militar de Palanquera – cerca de Bogotá – con un presupuesto de 48 millones de dólares aprobados por el Congreso.
La justificación que le dio la Fuerza Aérea al Congreso de EEUU para solicitar los 48 millones de dólares para Palanquera es una declaración de guerra. Se puede resumir en seis puntos:
1. Según la Fuerza Aérea de EEUU, “Palanquera garantiza las operaciones del espectro completo por toda América del Sur”. Por espectro completo se entiende la utilización de todas las ramas de las fuerzas armadas en forma simultánea.
2. El presupuesto aprobado dice que “la seguridad y estabilidad de EEUU están bajo amenaza constante por gobiernos anti-norteamericanos, las insurgencias terroristas financiadas con el narcotráfico, la pobreza endémica y los frecuentes desastres naturales”. Una declaración de este tipo supone que EEUU está en estado de guerra permanente no sólo contra todos los pueblos del mundo, también con su propia gente.
3. Agrega que “la fuerte relación de cooperación en seguridad (con Colombia) ofrece una oportunidad para conducir operaciones de espectro completo por toda Sudamérica”. En este párrafo se puede entender la preocupación que tiene Venezuela de que Colombia se convierta en el “porta-aviones” de EEUU.
4. “La ubicación aislada (de la base) ayudará las capacidades de Seguridad Operativa y la Protección de Fuerza, minimizando el perfil de la presencia militar de EEUU”.
5. La solicitud de la Fuerza Aérea confiesa que su “intención es utilizar la infraestructura existente el máximo posible, mejorar la capacidad de EEUU para responder rápidamente a una crisis y asegurar el acceso regional y la presencia de EEUU a un costo mínimo”.
6. El documento de la Fuerza Aérea, dice también que “aumentará nuestras capacidades de “guerra expedita”, es decir, organizar a las fuerzas armadas de una nación para luchar en el exterior, especialmente cuando están ya ubicadas en bases militares extranjeras”.
Panamá, 12 de noviembre de 2009.

viernes, 6 de noviembre de 2009

Panamá anuncia que EEUU quiere 4 bases "aeronavales"

El gobierno panameño anunció que “la Policía Nacional, el Servicio Nacional de Frontera y el Servicio Nacional Aeronaval firmaron un acuerdo interinstitucional para el establecimiento de bases aeronavales y de policía panameñas en el litoral Pacífico y Atlántico del país”. La declaración oficial es un encubrimiento del pacto que seguramente ya firmaron Panamá y EEUU para que este último país establezca bases militares en el Istmo panameño. Según el internacionalista, Julio Yao, el anunció “no sorprende porque serán bases aeronavales y de policía panameñas que podrán ponerse a disposición de EEUU”. Yao señala que un acuerdo previo firmado en 2002, entre el ministro de Gobierno y Justicia Salas y el embajador Becker, “dispuso que los puertos y aeropuertos de Panamá podrán ser usados generosamente por las fuerzas armadas de Estados Unidos”.
Hace un mes, el presidente Ricardo Martinelli proclamó que le había cedido dos bases navales a EEUU, después de reunirse con la secretaria de Estado de ese país, Hillary Clinton. Las dos bases se multiplicaron y ahora son cuatro bases “aeronavales” que Panamá le proporcionará a EEUU. Las cuatro bases aeronavales están en el Pacífico y en el Caribe.
La primera base “aeronaval” se ubicará en la Isla Chapera, en el Archipiélago de las Perlas, cerca de la Isla Contadora (ésta fue utilizada para concertar la paz en la región en la década de 1980). La segunda base se ubicará en Rambala, en la provincia de Bocas del Toro, área que se promovía para el turismo internacional. La tercera en Punta Coco, provincia de Veraguas y la cuarta – y última - en Bahía Piña, provincia de Darién, a pocos kilómetros de la frontera con Colombia.
Según Yao, quien denunció el acuerdo en un discurso pronunciado en presencia del presidente Martinelli y su gabinete, “las bases puestas a la disposición de EEUU profundizan la militarización de un amplio espacio territorial... desde el cual será posible lanzar operaciones sobre toda la región en franca conspiración contra la pacífica convivencia entre los pueblos y la solución pacífica de las conflictos”. El operativo es una caricatura del realizado hace poco en Colombia. Bogotá publicará la próxima semana los acuerdos firmados con EEUU para poner a su disposición siete bases militares.
El vicepresidente y canciller de la República, Juan C. Varela, presente en el acto, perdió los estribos e intentó censurar al profesor Yao. Se lamentó, además, que Yao no hiciera referencia al tráfico de drogas por Panamá. El presidente Martinelli, en defensa de su política, sólo logró articular algo sobre los astronautas. Yao fue invitado como orador para rendirle homenaje a los Soldados de la Independencia por el Municipio de la ciudad de Panamá, cuyo papel en la gesta separatista del 3 de noviembre de 1903 fue crucial.
El gobierno panameño podría parafrasear al general Freddy Padilla, ministro de Defensa encargado de Colombia cuando defendió el acuerdo de Bogotá con Washington: “No son bases norteamericanas, son colombianas... pero brindamos la posibilidad de que accedan a nuestras instalaciones”.
Según EEUU, las cuatro bases que pretende instalar en Panamá tendrían como objetivo frenar el tráfico de drogas y de “personas ilegales”. También hacen referencia al eufemismo del terrorismo que puede interpretarse como quieran los funcionarios norteamericanos. Según Yao, “las Naciones Unidas carecen de una definición sobre el terrorismo, motivo por el cual no existe un solo tratado que lo regule. En cambio, si existe una definición sobre la soberanía nacional, que comprende la independencia nacional y la integridad territorial”. Con este acuerdo que se ha realizado en forma secreta, el gobierno actual está violando en forma abierta la soberanía nacional que le ha costado tanto conquistar al pueblo panameño.
Según varios acuerdos, que no tienen fundamento constitucional, firmados a principios de la presente década, EEUU (sus fuerzas armadas, terrestres, aéreas o navales) puede surcar el territorio nacional sin mayores trámites o requisitos.
Según la denuncia de Yao, “todos los barcos de bandera panameña pueden ser interceptados en alta mar por naves de EEUU bajo el programa de control de armas de destrucción masiva. Conforme a esos acuerdos, EEUU puede invitar para que entren a nuestro territorio otros Estados con el propósito de que éstos cooperen con Panamá en la guerra contra el terrorismo, el narcotráfico y otros delitos internacionales. Conforme a esos acuerdos, Panamá se obliga a no ejercer jurisdicción sobre funcionarios civiles o militares de Estados Unidos, acusados de crímenes de guerra, ni de someterlos al Tribunal Penal Internacional”.
Los citados arreglos intentan cubrir las maniobras militares Panamax que desde 2003 llevan a cabo países latinoamericanos y miembros de la Organización del Tratado del Atlántico Norte (OTAN) en Panamá con el pretendido propósito de atender la protección y defensa del Canal y de Panamá. Las maniobras Panamax han sido dirigidas siempre por un almirante del Comando Sur. La Constitución Política de Panamá atribuye exclusivamente a panameños la defensa de su territorio y prohíbe a nuestros funcionarios civiles o militares recibir órdenes de militares extranjeros. A su vez, el Tratado de Neutralidad imposibilita la presencia militar extranjera en nuestro país.
En su discurso el internacionalista Yao aclara que “el Artículo V del Tratado de Neutralidad dispone que, después del 31 de diciembre de 1999, sólo la República de Panamá mantendrá fuerzas e instalaciones militares y sitios de defensa dentro de su territorio nacional. Los defensores de la militarización norteamericana de Panamá argumentarán que la Reserva Nunn al Artículo V del Tratado de Neutralidad permite acordar dicha presencia militar, les advertimos que una cosa es lo que se pretendió con dicha Reserva y otra es lo que la misma dice”.
Lo que dice la Reserva Nunn es que, no obstante el Artículo V, Panamá y EEUU podrán acordar la presencia militar extranjera para garantizar el régimen neutral del Canal. La neutralidad de la vía acuática consiste en la libre navegación y la desmilitarización del Canal. Mal puede la Reserva Nunn garantizar la neutralidad si ella misma introduce condiciones (las bases) que específicamente la niegan. La Convención de Viena es clara al estipular que pueden aceptarse enmiendas a los tratados siempre y cuando no contradigan sus propósitos fundamentales. Si esto último ocurre, las enmiendas dejan de tener validez jurídica. Este sería el caso de la Reserva Nunn, concluye Yao.
Panamá, 5 de noviembre de 2009.