El presidente Ricardo Martinelli cumplirá próximamente medio año al frente del Ejecutivo. En este período no ha logrado imprimirle a su gestión un impulso distinto a experiencias del pasado que pueda identificarse con su lema del “cambio”, eje central de su campaña electoral. Sus colaboradores más cercanos fueron reclutados de los mismos sectores empresariales que colaboraron con los gobiernos anteriores. Los otros poderes – Legislativo y Judicial – también siguen empantanados en aguas turbulentas, sin transparencia.
A pesar de las limitaciones, sus partidarios e, incluso, sectores de la oposición señalan que Martinelli ha logrado definir algunas metas que le permitirá dejar su huella como mandatario panameño. Se menciona que la ideología de Martinelli es de derecha pero “eficaz”. Además, hay quienes juegan con la idea de que el mandatario panameño, en el mejor estilo maquiavélico, se ha acercado a sectores de la izquierda panameña. También, hay otros a la derecha del espectro político que aplauden su iniciativa de lanzar una cruzada conservadora a nivel regional.
Es oportuno señalar que los tres objetivos señalados por los defensores de Martinelli tienen poca sustentación sobre los cuales descansar. Veamos con más detalle cada una de los supuestos objetivos políticos:
1. Martinelli no representa una derecha "eficaz" que ha roto con el "tradicionalismo" de los grupos de esa ideología reaccionaria. Tampoco representa un sector empresarial con una visión clara de su accionar político. Martinelli es el resultado de la bancarrota de los partidos que ocuparon el espacio político después de la invasión, quienes han encontrado un buen administrador mediático. Una derecha "eficaz" fue la fracción del PRD (Frente Empresarial) que lideró Pérez Balladares en la década pasada que hizo "tabla rasa" de la clase obrera (Ley 95), capas medias, burguesía productiva y la ideología nacionalista de amplios sectores del país (CMA). Las políticas neoliberales de Pérez B. debilitaron tanto al país que todavía no se ha recuperado.
2. Martinelli no tiene en su proyecto formar alianzas con supuestas izquierdas "radicales" panameñas para debilitar a otros sectores "moderados". La alusión obvia, que hacen estos analistas, a FRENADESO o PAP es producto del temor que tienen con relación al descalabro interno sufrido por el PRD. Generar este tipo de fricciones en los sectores de la izquierda panameña, parecieran tener la intención de entregarle a la derecha y a EEUU la iniciativa para "manipular" a los sectores progresistas panameños. Una debilidad extendida en la región donde los sectores progresistas (Venezuela, Bolivia y Ecuador) llegaron al poder mientras la izquierda se disputaba espejitos ideológicos.
3. El proyecto de la derecha en América latina, con su componente militar, lo encabeza EEUU. La ofensiva político-militar de Washington en Colombia tiene como objetivo el eje bolivariano con Venezuela a la cabeza. Para ello golpeó fuerte en Honduras y asumió el rol de "componedor" en las elecciones panameñas. EEUU liquidó Haití, tiene a México de rodillas y ahora quiere ir directo a la yugular del continente. Martinelli tiene un papel menor en este juego que desarrolla EEUU: Es el peón que puede ser sacrificado por Washington en el momento menos esperado.
El equipo asesor más cercano al presidente, por su lado, tiene muy claras cuáles son las tácticas políticas a corto y mediano plazos: 1. Martinelli no debe perder puntos en los sondeos de popularidad, 2. Debe obviar los conflictos internos de la alianza gubernamental y 3. Debe mantener una línea expedita con la Embajada de EEUU.
Panamá, 26 de noviembre de 2009.
jueves, 26 de noviembre de 2009
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