jueves, 31 de diciembre de 2009

Adios 2009

En total, el presente blog recoge un total de 53 artículos publicados en los medios de comunicación en 2009. (Se publicaron en 53 días jueves que tuvo 2009). Los artículos de 2010 los estaremos presentando en el blog http://www.marcoagandasegui10.blogspot.com/. Están invitados a abrir el blog de 2010 para seguir informados.
El último artículo - que aparece más abajo - fue publicado el 31 de diciembre de 2009. Pretende compartir con ustedes un rápido análisis del año que se fue y las promesas de cambio que no se cumplieron.
Quiero agradecer a todos los que tienen la paciencia de leer mis artículos, especialmente a los "seguidores". Es importante también que tomen nota de los "enlaces" (más de 25) que este blog proporciona para aquellos interesados en perfeccionar su método de estudio y en darle seguimiento a los acontecimientos internacionales y nacionales.

2009: Las promesas de cambio no llegaron

Promesas rotas y esperanzas frustradas. Mirando hacia atrás y viendo el año (2009) que transcurrió, se puede concluir que es mejor considerarlo como un año perdido. Lo podemos considerar perdido, pero no lo podemos borrar. Hay que aprender de los errores y de los horrores que ocurrieron para ver como se corrigen en 2010 y en el futuro más lejano.
Las promesas del guerrero Obama
En el plano internacional el año se inauguró con grandes esperanzas. El mundo entero esperaba la llegada a la Casa Blanca del presidente Barack Obama quien había hecho una campaña electoral basada en el cambio. Nosotros mismos dijimos a fines de 2008 que existía un consenso internacional en torno a tres promesas que hiciera el nuevo inquilino de Washington: Poner fin a las guerras de Bush, resolver la crisis económica creada por Bush y abrir una era de relaciones con América latina totalmente nueva y original. El mundo ha quedado más que sorprendido – anonadado - al descubrir que no cumplió con ninguna de las tres promesas y, más encima, borró todas las esperanzas de Copenhague.
El presidente Obama decidió aumentar el número de soldados norteamericanos en Afganistán a un total de 100 mil para darle seguimiento a la guerra que iniciara Bush a principios de la década. La medida creó más caos e incertidumbre a escala internacional. En el frente económico no logró estabilizar a la fracción financiera del gran capital de su país que aún sigue fuera de control. Con relación a la crisis ambiental dejó a un lado todas sus promesas electorales y decidió engavetar el Protocolo de Kyoto y continuar la política depredadora de su predecesor.
Los golpes en América latina
En América latina, 2009 fue un año de contrastes. Sin duda, el retroceso más significativo fue el golpe de Estado militar que se produjo en Honduras con la complicidad de EEUU y cuatro de sus aliados de la región (incluyendo a Panamá). El golpe militar puso fin al supuesto pacto democrático hemisférico promovido por todos los gobiernos, incluso Washington. Nuevamente, la OEA se mostró incapaz de enfrentar a EEUU en la defensa de la democracia en la región. El golpe contrastó con el frustrado intento de poner fin al gobierno democrático de Bolivia en 2008. La región se encuentra ahora a la defensiva esperando el próximo golpe militar. Por ello América latina ve con alarma el establecimiento de siete bases militares norteamericanas en Colombia, nuevas “estaciones aeronavales” en Panamá y el colapso del orden en México.
El Departamento de Estado norteamericano amenazó a los países de la región que tienen relaciones comerciales con Irán. Al mismo tiempo, señaló que no ve con buenos ojos la compra de armas a países fuera de su área de influencia. El gobierno brasileño trató de regañar a Obama cuando la Casa Blanca le dio paso expedito a la elección fraudulenta que organizaron los golpistas hondureños. Pero Lula no protestó cuando Washington le envió como embajador al ex secretario adjunto de Estado y artífice del golpe en el país centroamericano.
El impacto económico
El impacto de la crisis del capitalismo mundial sobre América latina en 2009 fue mediatizada en casi toda la región por la diversidad de las economías. Con excepción de México y Colombia, las inversiones capitalistas siguieron creciendo – a un ritmo menos acelerado – evitando que el colapso causara estragos mayores en los sectores sociales más vulnerables. Sin embargo, la situación sigue siendo frágil en la medida en que muchos de los países dependen de la exportación de materias primas (hidrocarburos, minerales y granos) a la República Popular China.
A su vez, Brasil se proyectó como potencia “emergente” con interés en invertir sus excedentes en el mundo. Brasil está invirtiendo sumas enormes en la región latinoamericana y en Africa. Sólo en Panamá un sindicato de bancos paulista le abrió al gobierno del presidente Martinelli una línea de crédito de mil millones de dólares. Brasilia también consolidó el grupo BRIC, con Rusia, India y China. Lula se abrió paso en el Grupo de los 20 países (G20) más poderosos del globo con la promesa de colaborar en la búsqueda de soluciones al caos generado por la crisis capitalista mundial. En este peligroso juego de ping-pong político-financiero, Brasil todavía no sabe si es parte de la mesa, la red o es la pelota.
¿Nueva derecha en Panamá?
En Panamá, 2009 fue el año del triunfo electoral del presidente Ricardo Martinelli, candidato de un partido de derecha sin tradición ni programa de trabajo. Desde un principio se sabía que su lema del “cambio” no era más que un slogan electoral. Pero también tenía sorpresas para los panameños. Continuó desarrollando políticas neoliberales y tácticas clientelistas. Elaboró una reforma fiscal para seguir disminuyéndole los impuestos a los más ricos y observó como la crisis internacional incrementó la tasa de desempleo por primera vez en cinco años.
A los sectores laborales, campesinos e indígenas el gobierno les mandó señales claras que sus protestas serán recibidas con mano dura. A su vez, continuó las políticas privatizadoras en los sectores de educación, salud y seguridad social. No hay políticas para evitar que el crimen organizado y la violencia se consoliden, convirtiendo la ruta de tránsito de Panamá en una vía rápida para el tráfico de ilícitos y una plaza favorita para el lavado de dinero.
Estas actividades se realizan bajo la mirada cuidadosa de EEUU que, incluso, logró que Panamá aceptara el establecimiento de 11 bases “aeronavales” sobre las costas del Pacífico y del Caribe panameños. Estas instalaciones militares que pueden ser ocupadas por EEUU en cualquier momento complementan las bases norteamericanas que comenzaron a operar en Colombia en 2009. La escalada militar que se produjo en el área sólo puede entenderse en el marco de una estrategia regional de EEUU que desestabilizó la propuesta esperanzadora de unidad latinoamericana en 2009.
Panamá, 31 de diciembre de 2009.

jueves, 24 de diciembre de 2009

Navidad en Copenhague

La cumbre climática de Copenhague arrojó como resultado final un gran fracaso para aquellos que tenían esperanzas de poder estabilizar el futuro del planeta Tierra. A diferencia de las cumbres económicas o militares, cuyos acuerdos pueden ser alterados según la correlación de fuerzas, cada día que pasa sin que se tome acción frente al deterioro climático es un paso hacia nuestra propia destrucción.
Mas allá de todos los teatros montados por los líderes mundiales en Copenhague, sus declaraciones huecas e irresponsables, hay una realidad muy concreta que todos los países del mundo deben enfrentar. Lo resumiré en tres puntos:
1. Los grandes países capitalistas no tienen la capacidad técnica para generar ganancias de sus inversiones si no siguen abusando del ambiente que les proporciona sus materias primas.
2. EEUU es el país que tiene las plantas industriales más antiguas y difíciles de desmontar para entrar en una nueva era de bajo consumo de energía. No se quedan muy atrás Europa occidental y Japón. En cambio, China sufre el problema al revés: apenas está creando su infraestructura industrial masiva y no quiere detenerse.
3. El directorio político que gobierna a EEUU está apostando al tiempo. Es decir, esperan que su sistema de acumulación se salvará con nuevos descubrimientos tecnológicos a corto plazo (primer cuarto de siglo XXI) o, según los más ambiciosos, se descubrirán nuevos “mundos” similares a la tierra para continuar extrayendo materias primas.
El presidente de EEUU, Barack Obama, sorprendió a todos cuando llegó a la cumbre sin una propuesta. Al contrario, su actitud fue de doblar brazos y amenazar a los países menos desarrollados. El mundo esperaba el anuncio que EEUU reduciría sus emisiones entre un 25 y 40 por ciento. Sin embargo, sólo prometió una reducción del 4 por ciento.
Según la ONU, los recortes de emisiones actualmente propuestos significarían un aumento de las temperaturas globales de 3 grados celsius en promedio. La información contradice las promesas de los líderes mundiales de fijar el tope de los aumentos en 2 grados. En una maniobra que fue calificada como poco diplomática, Obama logró sentar a cuatro países “emergentes” para proponerles un acuerdo informal que se presentaría ante el mundo como un gran triunfo.
El documento fue rechazado por Rusia, la Comunidad Europea, la mayoría de los países latinoamericanos e, incluso, por los mismos países que en un principio habían cooperado con Obama: Africa del Sur, Brasil, China e India. Al final Obama tuvo que abandonar Copenhague de manera parecida a la retirada del presidente Bush (hijo) de Mar del Plata cuando fracasara la cumbre de ALCA. Desde el punto de vista político, lo que más le preocupa a los líderes mundiales y a otros sectores sociales, es el estilo de Obama que ha adoptado, faltando un mes para cumplir su primer año en la Casa Blanca, la misma arrogancia e indiferencia de Bush.
El gobierno panameño envió una delegación a Copenhague que se mantuvo en el anonimato. Es probable que su perfil bajo se debió a los problemas que los últimos gobiernos han estado creando en el país mediante políticas públicas destructivas. En Copenhague se habló de proteger la tierra, en Panamá se dan permisos sin plan ni estudios para extraer oro de una mina a tajo abierto, se construyen hidroeléctricas y se reprime a los pueblos indígenas.
Panamá, 24 de diciembre de 2009.

jueves, 17 de diciembre de 2009

Panamá conmemora XX aniversario de la invasión militar norteamericana

En el marco de las guerras desatadas por el presidente Reagan se puede hacer una lectura de la invasión militar de EEUU a Panamá el 20 de diciembre de 1989. El primer dato se refiere a la política de desestabilización emprendida por EEUU contra Panamá. Esta política de Washington se entiende mejor en la estrategia global de “contención” de la URSS, la desestabilización económica de América latina y la guerra “sucia” en América Central.
En el caso de Panamá, en julio de 1981, apenas seis meses después de que Reagan llegara a la Casa Blanca, el jefe de la Guardia Nacional de Panamá, el general Omar Torrijos, muere en un accidente aéreo misterioso. Después de una breve transición, en 1983 llega a la jefatura de la institución armada Manuel A. Noriega, quien la transforma en las Fuerzas de Defensa y es ascendido a general.
EEUU había participado directamente en la creación de la Guardia Nacional en 1953 e, igualmente, su mano está presente en 1983 con la creación de las Fuerzas de Defensa (FDP). Según Noriega, las FDP tenían dos objetivos estratégicos. Convertir la policía militar panameña en un Ejército con capacidad tanto defensiva como ofensiva, teniendo como modelo su homólogo israelí. Por el otro lado, asistir a EEUU en la defensa del Canal y en su política militar en Centro América. (Pocos años antes la revolución sandinista en Nicaragua había eliminado la dinastía de los Somoza que duró 45 años en el poder).
En 1983 ya había desaparecido la Zona del Canal de Panamá pero la presencia de las bases militares norteamericanas con 40 mil efectivos de todas las ramas seguía muy presente rodeando el Canal. Además, EEUU tenía instalado en el Istmo al Comando Sur y a la tristemente célebre Escuela de las Américas.
En el transcurso de la década de 1980, Panamá recibió varias de las bases que desalojaba EEUU cumpliendo con los Trtados Torrijos Carter. Además, las FDP recibía generosas donaciones de armas y equipos militares de Washington. Todo indica que las FDP prestaban servicios a EEUU en las guerras centroamericanas.[1] Varios estudios de especialistas regionales y de EEUU indican, además, que el gobierno norteamericano incrementó el tráfico de drogas en la región centroamericana para financiar la guerra ilegal contra los sandinistas en Nicaragua y el apoyo a los militares salvadoreños que contenían la insurgencia del FMLN en El Salvador. (Ver el escándalo “Irán-Contra”).
Las FDP de Noriega tenía dos fuentes de ingreso extraordinarios que las convirtió en una institución muy poderosa con influencia en la región y con un poder casi absoluto en Panamá. En 1984, las FDP le imponen al recién nacido Partido Revolucionario Democrático (fundado por Torrijos) la candidatura de Nicolás Ardito Barletta (vice-presidente del Banco Mundial) seleccionado a dedo por el Departamento de Estado. Sólo dura un año y es reemplazado por un representante de la oligarquía financiera panameña, Eric A. Delvalle, quien es reemplazado antes de cumplir el año en su cargo.
Los objetivos estratégicos de Noriega – crear el Ejército panameño y convertirlo en nuevo guardián en la sub-región – le estaba creando problemas domésticos e internacionales. En el frente interno, Noriega tenía que lidiar con una oposición de derecha cada vez más fuerte que contaba con buenos contactos en sectores políticos de EEUU. La derecha torrijista (“Frente empresarial”) se dividió y su cabeza visible, Gabriel Lewis Galindo, se trasladó a Washington para colaborar en el derrocamiento de Noriega.
En el frente internacional, Reagan presidía una casa dividida con relación a Panamá. Por un lado, la Secretaría de Estado abanicaba cambios y, por el otro, el Pentágono que pedía prudencia. Para los militares norteamericanos, Noriega aún era una pieza importante en sus planes subregionales. Además, el general panameño les servía en la cadena del tráfico de drogas de Sur América hacia los mercados del norte. Noriega también recibía apoyo de la CIA, la DEA y de las agencias de inteligencia de Israel.
A pesar de las divisiones, en 1987 la Secretaría de Estado logró presentar en una corte federal de EEUU cargos de tráfico de drogas y corrupción contra Noriega.[2] Hay versiones que el recurso fue impulsado por los enemigos políticos de George H. W. Bush quien ya estaba en campaña para suceder a Reagan en la Casa Blanca. El Pentágono, la CIA y la DEA seguían apoyando a Noriega. Para el jefe del Comando Central de las Fuerzas Armadas en Washington, el almirante Crawford, Noriega era una pieza política que hacía mucho ruido pero que garantizaba estabilidad en la región.
El año 1988 fue dominado en EEUU por la campaña a la Presidencia que ganara, en noviembre, Bush padre. Durante la administración del presidente Nixon, Bush había sido director de la CIA. Esta mancha deshonrosa siempre lo persiguió y él trataba de borrarla presentándose como un político pacifista y dispuesto al diálogo. Este estilo de campaña, y su perfil bajo como vice-presidente de Reagan durante 8 años (1981-1989), le ganó el mote de “debilucho” (“whimp”) en la clase política y los medios norteamericanos.[3]
El 21 de junio de 1989, bajo órdenes de Bush, el Departamento de Justicia emitió una “opinión legal extraordinaria” secreta dándole poderes al Presidente para “capturar fugitivos de la ley norteamericana incluso si residen en el extranjero, así como ignorando tratados de extradición y acuerdos internacionales”. La medida tenía relevancia particularmente en el caso de Noriega ya que un juzgado federal de Florida había iniciado un proceso contra el militar panameño acusado de traficante de drogas.[4]
Durante la presidencia de Reagan, la presencia de Noriega era considerada beneficiosa para la política exterior de EEUU. A finales del período de Reagan, sin embargo, con la destitución de Ardito Barleta y la negativa de enviar tropas de las FDP a combatir contra los sandinistas en Nicaragua, se agriaron las relaciones con la Secretaría de Estado. En 1987, EEUU le recomendó a Noriega que se separara de las FDP y dejara su posición de “hombre fuerte” del gobierno. En 1988 la Secretaría de Estado logró imponerle a Panamá un embargo, exigiendo que Noriega abandonara el poder. A todo esto, Noriega se sentía apoyado por el Pentágono, la CIA y la DEA. Además, la Casa Blanca mostraba indiferencia.
Las sanciones norteamericanas incluyeron el congelamiento en EEUU de depósitos, que alcanzaban los US$210 millones, pertenencientes al Banco Nacional de Panamá. Además, un total de 200 empresas norteamericanas que operaban en Panamá suspendieron el pago de sus obligaciones fiscales para con el gobierno nacional que sumaba cerca de US$400 millones anuales. La importación de azúcar panameña fue prohibida y, al mismo tiempo, toda transacción comercial, préstamo, operación de ONG fue suspendida. EEUU también le puso trabas a la flota mercantil que navegaba bajo bandera panameña
El 20 de diciembre[5]
Desde el punto de vista militar, la invasión a Panamá se constituyó en un laboratorio para ensayar un “modelo de guerra total”[6]alterno al de la guerra de baja intensidad. Desde el punto de vista de la política interamericana se inauguró el corolario Bush y se expresó por primera vez la visión que intentaban irradiar los norteamericanos para el nuevo orden mundial.[7] “La invasión a Panamá fue la cuna del Nuevo Orden Mundial.”[8] Con el inicio de la terminación de la Guerra Fría, había que iniciar un nuevo estilo de dirigir las relaciones internacionales en mundo unipolar que se avecinaba.
“Una fuente indicó que murieron entre 700 y 800 personas. Otras fuentes indican que EEUU desarrolló operaciones sanitarias cremando cuerpos con lanza-llamas. Estas actividades se vincularon con la desaparición de personas. Otros relatos de tortura describen como los invasores se ensañaron contra los soldados del regimiento ‘Macho de Monte” de las FDP. Según otros informes, el cuartel de las FDP en la ciudad de Colón fue destruido sin dañar su fachada, matando a todos sus ocupantes (300 miembros de las FDP)”.[9]
Según Acosta “en El Chorrillo, un total de 4 mil viviendas fueron destruidas dejando sin hogar a más de 14 mil personas”. La destrucción fue el producto de un bombardeo de 4 horas seguidas entre las 12:15am a las 4:15am del 20 de diciembre. “El pueblo rural de Pacora fue bombardeada con sustancias químicas lanzadas por helicópteros del Comando Sur. Según testigos de Pacora, el pueblo fue cercado con alambre de púa para evitar que los pobladores pudieran asistir a los soldados en el área. Panamá también sirvió de conejilla de india para experimentar nuevas armas de guerra. Entre éstas se destacaron saltos en paracaídas de 160 metros y el uso de aparatos oculares para ver de noche. El arma más exótica usada en la invasión – sin necesidad alguna – fue el avión F-117A, el bombardero Stealth.[10]
Las fuerzas invasoras se llevaron valiosos botines de guerra, desde armas y equipos --muchos de estos nuevos— así como miles de cajas llenas de documentos y las computadoras del servicio de inteligencia (G2) de las Fuerzas de Defensa. Saquearon piezas arqueológicas irremplazables, joyas precolombinas y tesoros artísticos. Se robaron la primera bandera nacional. Existen testimonios de personas a quienes las tropas norteamericanas despojaron de joyas, dinero y pertenencias.[11]
Miles de personas no combatientes fueron arrestadas y retenidas en campos de concentración durante largos períodos de tiempo tan sólo por el hecho de pertenecer al partido político gobernante, por ser funcionarios del gobierno, por simple sospecha o necesidad de prevención o por puro terrorismo de Estado.
Todos los medios de comunicación (prensa, radio y televisión) –salvo los colaboracionistas – fueron intervenidos por las fuerzas invasoras y sometidas a estricta censura y la totalidad del país fue sometida a un régimen de ocupación violatorio del Derecho Internacional.[12]
Las pérdidas económicas de la invasión se calculan en US$2 mil millones. El desempleo se disparó y la Cámara de Comercio informó que se habían perdido 10 mil empleos.

La causa “diversionista” del 20 de diciembre
Quienes se oponían a la invasión – entre ellos senadores como Dodd, Leahy y Kennedy – cambiaron de parecer y comenzaron a criticar a Bush por su falta de resolución. Las instituciones como el Pentágono, la CIA y la DEA se dividieron, inclinándose a favor de la solución militar. Todo indica que el momento más favorable para Bush y sus “rating” de popularidad para lanzar la invasión era justo antes de Navidad. Aprovecho la ventana que se abrió para demostrar que era un hombre con capacidad de mando, sin importar los costos y pérdidas de vida, y que controlaba las fuerzas armadas más poderosas del mundo.[13]
El resultado inmediato de la invasión de Panamá en EEUU fue un triunfo de la Casa Blanca que supuestamente había actuado en forma eficaz contra un peligroso enemigo. Los críticos de Bush fueron silenciados y el triunfo militar despertó entusiasmo en ambos partidos políticos de ese país. El Congreso aplaudió la fortaleza demostrada por Bush y las encuestas de opinión reflejaron un apoyo del 80 por ciento de las personas consultadas.
Según la analista Jane Cramer, la invasión fue considerda por muchos observadores como el caso de una guerra “diversionista”. Fue concebida, planeada y ejecutada por razones de política interna de EEUU. Una guerra diversionista es promovida y desatada por un líer político con “el propósito de lograr objetivos diplomáticos o militares que pueden contribuir a solucionar sus problemas políticos domésticos”. Cramer agrega que con frecuencia los líderes son motivados por ‘condiciones políticas internas deterioradas’ para iniciar aventuras militares en el exterior.
Una crisis económica, impopularidad en las encuestas, política partidista y ciclos electorales pueden influir en el uso de la fuerza. Para muchos el uso innecesario de fuerza tiende a alimentar estos supuestos. En el caso de Panamá, las razones que EEUU ofreció para justificar la invasión fueron banales y sin mayor sentido. Cramer concluye que “estos hechos apoyan la tesis de que el uso de fuerza para deshacerse de Noriega no tenía que ver con Panamá”. Más se trataba de una manipulación de la opinión pública de EEUU en torno al carácter del ocupante de la Casa Blanca.[14]
¿Qué justifica entonces el uso de una fuerza abrumadora contra un país que no representaba una mayor amenaza para EEUU? Bush invadió a Panamá bajo el supuesto de defender la democracia, de restaurar el orden y de defender a ciudadanos norteamericanos que residían en ese país. Los hechos demuestran que esos objetivos, en realidad, no eran los que perseguía EEUU. Según el sacerdote panameño, Xavier Gorostiaga, “ni la defensa del Canal o el arresto (ilegal) de Noriega justificaba la invasión que “costó por lo menos mil vidas, mucho sufrimiento y daños, sin resolver problema alguno”.
Parry señala que poco antes de la invasión del 20 de diciembre, Bush y el jefe de su Estado Mayor, el general Colin Powell, estaban preocupados por la falta de coordinación militar entre las distintas ramas de las fuerzas armadas de EEUU. Powell exclamaría en un momento, con cierta nerviosidad, ‘hay que colocar un aviso en la puerta diciendo ‘Aquí vive la Súper-potencia’.[15]
Según Coleen Acosta, “la invasión militar de EEUU a Panamá le recordó al mundo que Washington continuaba siendo hegemónica en el hemisferio”.[16] Además, la invasión militar demostraba que EEUU contaba con un líder, el presidente Bush, padre, decidido a “sobrematar”[17] cualquier adversario. Panamá fue escogido en aquellas circunstancias para lograr esos objetivos políticos que le devolvieran al ocupante de la Casa Blanca su prestigio y posibilidades de reelegirse en las próximas elecciones.
Panamá, 17 de diciembre de 2009.

[1] Una interpretación sesgada, típica de los medios norteamericanos, que tenían instrucciones de satanizar la relación entre Noriega y EEUU, la da Jessica Wayne: “Noriega le concedió a EEUU derechos de despegue a los vuelos de máxima altura del avión SR71 Blackbird que le daba valiosa información sobre la guerra contra los sandinistas así como sobre el enfrentamiento entre el FMLN y los militares salvadoreños. Aún cuando Noriega era un traficante de drogas, también le pasaba información sobre las operaciones de sus competidores a la DEA de EEUU”. Jessica Wayne, 2008, Operation Just Cause: A Historical Analysis, Washington: COHA, 15 de julio .
[2] “Washington descartó a Noriega en 1988 cuando fue acusado por tráfico de cocaina en una corte federal de EEUU”. Jessica Wayne, 2008, Operation Just Cause: A Historical Analysis, Washington: COHA, 15 July.
[3] “En el Congreso de EEUU, Bush era acosado. La representante Patricia Schroeder, demócrata de Colorado, lo llamaba el “presidente Revlon” por sólo ofrecer soluciones cosméticas. El representante David McCurdy, (demócrata de Oklahoma) puntualizó que se "está afianzando el debilucho”. (“There's a resurgence of the wimp factor"). Robert Parry y Norman Solomon, The Commander. Behind Colin Powell’s Legend. Part Four.
[4] Idem.
[5] Sobre la invasión militar de EEUU a Panamá recomendamos tres libros, entre los muchos que se han publicado en Panamá y en el exterior: Olmedo Beluche, 1990, La verdad sobre la invasión, Panamá: CELA. Roberto N. Méndez, 1994, ¿Liberación... o crimen de guerra?, Panamá: CELA. Jose de J. Martínez, 1991, La invasión de Panamá, Panamá: Fundación Omar Torrijos.
[6] Philip Wheaton, 1992, Panama Invaded, Trenton: Red Sea Press
[7] Herbert Nelson Austin, , El corolario Bush. La intervención armada en Panamá,
[8] Soler T., Giancarlo, 1993, La invasión a Panamá, estrategias y tácticas para el nuevo orden mundial, Panamá: CELA.
[9] Coleen Acosta, 2003, Iraq: A Lesson from Panama. Imperialism and Struggle for Sovereignty,
[10] Coleen Acosta, idem.
[11] Julio Yao, 2009, “Para entender la invasión de Estados Unidos a Panamá”, Tareas, No133.
[12] Yao, idem.
[13] Jessica Wayne, 2008, Operation Just Cause: A Historical Analysis, Washington: COHA, 15 de julio.
[14] Jane K. Cramer, 2004, The Elusive Diversionary Theory of War and Panama, 1989: Using Qualitative ‘Tests’ Across Cases and Researchers to Break the Impasse, Ponencia presentada en la Conferencia de APSA, Chicago, septiembre.
[15] Parry, The Commander, ob.cit..
[16] Coleen Acosta, 2009, Iraq: a Lesson from Panama. Imperialism and Struggle for Sovereignty
[17] La expresión “sobre matar” (over-kill) tiene la connotación militar de abrumar al contrincante con la fuerza suficiente para pulverizarlo, según el general Colin Powell. Ver Bob Woodward, 1999, The Commanders, Nueva York: Simon & Shuster.

viernes, 11 de diciembre de 2009

Las protestas de la juventud panameña

Desde principios del siglo XX las inquietudes sociales de la juventud panameña se han opuesto a los abusos de las autoridades gubernamentales. El Movimiento Acción Comunal, de la década de 1920, incluso llegó a derrocar el gobierno liberal de Juan Demóstenes Arosemena en 1931. Posteriormente, en la década de 1940, el Frente Patriótico de la Juventud movilizó fuerzas sociales poniendo en jaque diversos gobernantes que querían negociar bases militares con EEUU. La generación juvenil que más brillo fue la correspondiente a la gesta del 9 de enero de 1964. Los jóvenes de aquel entonces se enfrentaron al Ejército norteamericano, sacrificando sus vidas, logrando que se negociaran nuevos tratados del Canal que pusieran fin a la ocupación militar de Panamá por tropas extranjeras. En el período de transición – 1977 y 1999 – los jóvenes fueron vigilantes para que se cumpliera con el Tratado del Canal.
Los gobernantes de turno – quizás con la excepción de Torrijos – adoptaron una táctica de represión abierta con estas manifestaciones juveniles. En los textos de historia aparecen las cargas de caballería de Remón, la batalla de la Colina, el cerro Tute y los interminables enfrentamientos en los alrededores del Instituto Nacional, la Universidad de Panamá y otros establecimientos.
El general Omar Torrijos intentó en la década de 1970 – con éxito relativo – cooptar a los jóvenes ofreciéndoles responsabilidades y participación en sus planes gubernamentales. Según algunos, la juventud perdió su capacidad crítica frente a esta táctica. Para otros, le dio espacio a una generación para ocupar su puesto en los procesos de construcción nacional.
Lo cierto es que la juventud siempre será crítica y ocupará su espacio, independientemente de la represión o persecución de las autoridades. El presidente Ricardo Martinelli es el quinto mandatario después de la invasión militar norteamericana (1989) que no entiende esta realidad. Sin excepción, todos los presidentes han decidido “aplastar” la protesta juvenil. Martinelli quizás sea el caso más emblemático ya que desconoce las aspiraciones de las nuevas generaciones y no tiene asesores que lo orienten.
Un ejemplo de esta situación fueron las protestas de estudiantes universitarios el pasado 18 de noviembre. Según un comunicado del Partido Alternativa Popular (PAP), “las manifestaciones de protesta, constituyen un llamado de atención a los diferentes sectores de la sociedad panameña. Por un lado, los estudiantes protestan por el incremento alarmante del costo de la vida”. El PAP también señala que “protestan por la intención del gobierno de Martinelli de establecer cuatro bases “aeronavales” en costas panameñas” bajo la dirección de EEUU.
La reacción irracional del gobierno – lanzar varios pelotones de policías armados hasta los dientes en contra de los jóvenes – era de esperarse. Lo hicieron los gobierno anteriores (1990-2009), los militares (1968-1989) y los liberales de mediados del siglo XX (1941-1968). Martinelli debe usar esa energía inagotable de los jóvenes para emprender un plan de desarrollo nacional que baje el costo de la vida y que elimine para siempre los anhelos norteamericanos de tener bases militares en el istmo panameño.
El PAP concluye que “la represión que sufrieron los estudiantes universitarios por parte de la Policía Nacional no se justifica y debe ser condenada. Sus protestas hicieron posible que ahora, a principios del siglo XXI, no existan bases militares norteamericanas en Panamá, ni tampoco estacas coloniales, ni un Canal de Panamá enajenado”.
Panamá, 10 de diciembre de 2009.

viernes, 4 de diciembre de 2009

Honduras: No al fraude, si a la constituyente

En defensa de su democracia, contra la ingerencia de EEUU y rechazando a una burda oligarquía atrasada, el pueblo hondureño le mostró al mundo el pasado domingo que superará todos los obstáculos necesarios para que se respete su dignidad y derecho a la autodeterminación. Washington se quedó atónito ante la heroicidad de un pueblo pero con el garrote en la mano, sin ceder un centímetro con su acostumbrada arrogancia. La oligarquía hondureña trata de minimizar la derrota en las urnas custodiadas por los militares golpistas.
Peor aún, unos pocos gobiernos títeres – como el panameño – celebraron la farsa montada por el Departamento de Estado norteamericano y su embajador golpista en Tegucigalpa. El ministro de Relaciones Exteriores, Juan C. Varela, regresando de Honduras se sentía seguro que sus aliados ideológicos saldrían adelante con el fraude electoral. Los 15 miembros del flamante Consejo Nacional de Relaciones Exteriores de Panamá recién nombrados aún no se pronuncian sobre la desaparición de la democracia en un país centroamericano.
El pueblo hondureño tiene un objetivo claro y preciso. Hay que convocar a la constituyente. A la cabeza de esa demanda puede estar el presidente constitucional Manuel Zelaya – derrocado por el gobierno de Barack Obama en junio del presente año – quien sigue refugiado en la embajada de Brasil en Tegucigalpa. Todos los hondureños se han organizado en sindicatos, grupos barriales, productores y asociaciones para exigir la constituyente.
Honduras demostró que rechaza el golpe de Estado y sus arquitectos. Exige que se le respete la democracia y que se vayan los usurpadores. La convocatoria a unas elecciones de los golpistas nació sin vida. Los golpistas se encuentran aislados internacionalmente, aunque cuenta con el respaldo de una Casa Blanca que ha perdido toda su credibilidad, a pesar de su Premio Nóbel. El apoyo de Obama significa que los usurpadores de Tegucigalpa seguirán recibiendo financiamiento para sus operaciones espurias, que los militares hondureños seguirán bajo la protección del Pentágono y que la red diplomática y de inteligencia de Washington presionará a los países más débiles para que reconozcan las elecciones de los golpistas. (¿Haití, Israel, Islas Marshall?).
La secretaria de Estado norteamericana, Hillary Clinton, bautizó el nuevo estilo de política exterior como “smart power” (poder inteligente). Según su equipo duro atrincherado en la estructura gubernamental de EEUU, los tiempos de la alternancia entre poder suave (respeto a la democracia, los derechos humanos y a la autodeterminación de los pueblos) y poder duro (bloqueo económico, intervención militar y asesinatos selectos) debe ceder su lugar a esta nueva modalidad:
Por un lado, el brazo militar norteamericano concibe el golpe contra el presidente Zelaya (desde su base en Cano Soto) y, por el otro, su equipo diplomático busca “restituir la democracia” mediante el fraude electoral. EEUU logró el apoyo de Costa Rica, Panamá, Perú y, aparentemente, el rey de España. Sin embargo, tanto México como Colombia – aliados de EEUU - se han mostrado renuentes a sumarse a la murga festiva. En cambio, Brasil y sus aliados en la región han denunciado la farsa y han regañado a Obama por su irrespeto a la inteligencia de los latinoamericanos. Sólo queda la alternativa de convocar a una constituyente para que el pueblo de Honduras decida en forma soberana y democrática su futuro.
Panamá, 3 de diciembre de 2009.

jueves, 26 de noviembre de 2009

El legado que construye Martinelli

El presidente Ricardo Martinelli cumplirá próximamente medio año al frente del Ejecutivo. En este período no ha logrado imprimirle a su gestión un impulso distinto a experiencias del pasado que pueda identificarse con su lema del “cambio”, eje central de su campaña electoral. Sus colaboradores más cercanos fueron reclutados de los mismos sectores empresariales que colaboraron con los gobiernos anteriores. Los otros poderes – Legislativo y Judicial – también siguen empantanados en aguas turbulentas, sin transparencia.
A pesar de las limitaciones, sus partidarios e, incluso, sectores de la oposición señalan que Martinelli ha logrado definir algunas metas que le permitirá dejar su huella como mandatario panameño. Se menciona que la ideología de Martinelli es de derecha pero “eficaz”. Además, hay quienes juegan con la idea de que el mandatario panameño, en el mejor estilo maquiavélico, se ha acercado a sectores de la izquierda panameña. También, hay otros a la derecha del espectro político que aplauden su iniciativa de lanzar una cruzada conservadora a nivel regional.
Es oportuno señalar que los tres objetivos señalados por los defensores de Martinelli tienen poca sustentación sobre los cuales descansar. Veamos con más detalle cada una de los supuestos objetivos políticos:
1. Martinelli no representa una derecha "eficaz" que ha roto con el "tradicionalismo" de los grupos de esa ideología reaccionaria. Tampoco representa un sector empresarial con una visión clara de su accionar político. Martinelli es el resultado de la bancarrota de los partidos que ocuparon el espacio político después de la invasión, quienes han encontrado un buen administrador mediático. Una derecha "eficaz" fue la fracción del PRD (Frente Empresarial) que lideró Pérez Balladares en la década pasada que hizo "tabla rasa" de la clase obrera (Ley 95), capas medias, burguesía productiva y la ideología nacionalista de amplios sectores del país (CMA). Las políticas neoliberales de Pérez B. debilitaron tanto al país que todavía no se ha recuperado.
2. Martinelli no tiene en su proyecto formar alianzas con supuestas izquierdas "radicales" panameñas para debilitar a otros sectores "moderados". La alusión obvia, que hacen estos analistas, a FRENADESO o PAP es producto del temor que tienen con relación al descalabro interno sufrido por el PRD. Generar este tipo de fricciones en los sectores de la izquierda panameña, parecieran tener la intención de entregarle a la derecha y a EEUU la iniciativa para "manipular" a los sectores progresistas panameños. Una debilidad extendida en la región donde los sectores progresistas (Venezuela, Bolivia y Ecuador) llegaron al poder mientras la izquierda se disputaba espejitos ideológicos.
3. El proyecto de la derecha en América latina, con su componente militar, lo encabeza EEUU. La ofensiva político-militar de Washington en Colombia tiene como objetivo el eje bolivariano con Venezuela a la cabeza. Para ello golpeó fuerte en Honduras y asumió el rol de "componedor" en las elecciones panameñas. EEUU liquidó Haití, tiene a México de rodillas y ahora quiere ir directo a la yugular del continente. Martinelli tiene un papel menor en este juego que desarrolla EEUU: Es el peón que puede ser sacrificado por Washington en el momento menos esperado.
El equipo asesor más cercano al presidente, por su lado, tiene muy claras cuáles son las tácticas políticas a corto y mediano plazos: 1. Martinelli no debe perder puntos en los sondeos de popularidad, 2. Debe obviar los conflictos internos de la alianza gubernamental y 3. Debe mantener una línea expedita con la Embajada de EEUU.
Panamá, 26 de noviembre de 2009.

jueves, 19 de noviembre de 2009

Por un voto EEUU traiciona a Honduras

El pueblo hondureño sigue sufriendo los embates de un golpe militar dirigido y ejecutado por EEUU el 28 de junio de 2009. Honduras es un país ocupado militarmente por EEUU desde principios de la década de 1980. Fue precisamente en la base norteamericana de Cano Soto (Palmerola), cercana a Tegucigalpa, que se planeó el golpe y los militares norteamericanos dieron las "órdenes del día" a sus colegas locales. (¿Qué coincidencias tiene este operativo con los ejecutados por Castillo Armas en Guatemala, Pinochet en Chile y Banzer en Bolivia el siglo pasado?)La tragedia, sin embargo, tiene, además, su lado maquiavélico. El golpe tiene su similitud con la invasión a Panamá en 1989 y el arresto de Noriega. En aquella ocasión se invadió un país para crearle una nueva imagen al entonces presidente Bush (padre) considerado un "whimp" por el establishment y sus poderosos medios de comunicación.¿Qué ganancia saca el presidente Barack Obama del golpe en Honduras?
1. ¿Cambiar su imagen de hombre "suave" a una nueva imagen de hombre "duro". No.
2. ¿El triunfo del bien sobre el mal? No.
3. ¿La seguridad de las vidas y bienes de ciudadanos norteamericanos amenazados en Honduras? Tampoco.
4. ¿El nombramiento mediante aprobación del Senado del secretario adjunto de Estado y del embajador de EEUU en Brasil? Exactamente.
Valenzuela y Shanon dirán bien vale un golpe militar en Honduras para asegurar sus nombramientos. Obama y Hillary Clinton se anotarán un triunfo partidista más en el Senado de EEUU.El periodista hondureño, Roberto Quezada, lo explica con claridad en su reciente artículo:
El "propósito de Thomas Shannon, ya hecho público, no era buscarle solución al golpe de Estado-militar en Honduras sino su problema de ser vetado como embajador de Brasil y levantar el veto a Arturo Valenzuela como subsecretario de Estado para América Latina, (bloqueado) por el senador republicano Jim DeMint. Según DeMint, "la secretaria de Estado, Hillary Clinton, y Shannon me han garantizado que EEUU reconocerá el resultado de las elecciones hondureñas, haya sido restituido o no Manuel Zelaya". Hecho este anuncio, por parte de magia se levantó el bloque al nombramiento de Valenzuela en el Senado.Según denuncia Quezada, “las declaraciones de Shannon en CNN no fue una entrevista ni una noticia. Fue un mensaje directo para que fuera explotado por los golpistas de la mejor manera y para desmoralizar al pueblo hondureño".
Un experimentado diplomático norteamericano, Robert White, ex-embajador de EEUU en Paraguay y El Salvador y actual presidente del Center for International Policy en Washington, señala que “es triste contemplar la manera en que el gobierno de Obama ha manejado tan mal un desafió en el cual tuvo el apoyo de todo el hemisferio”. Agrega que “no sorprende que el presidente Lula de Brasil haya acusado a Obama de romper su promesa de construir una nueva relación con América Latina”.White confirma que el senador DeMint estaba complacido de que el Departamento de Estado por fin entendió que "es esencial que estas elecciones (en Honduras) se lleven a cabo y sean reconocidos”. Se refiere a la elecciones fraudulentas que pretende orquestar el 29 de noviembre el gobierno de facto golpista. La Premio Nóbel guatemalteca, Rigoberta Manchú, calificó al usurpador Micheletti como "el nuevo dictador de América latina".
Panamá, 19 de noviembre de 2009.

jueves, 12 de noviembre de 2009

¿Atacará EEUU a Venezuela?

Los medios de comunicación destacan un supuesto peligro de guerra entre dos países hermanos como Colombia y Venezuela. Sin embargo, detrás de los tambores y trompetas se sitúa el verdadero peligro: la escalada militar de EEUU en Colombia. El gobierno norteamericano tiene en su lista de enemigos al gobierno bolivariano de Venezuela. Washington participó activamente en el golpe militar-empresarial de 2002 que separó al presidente Hugo Chávez de la presidencia por dos días.
Los funcionarios de los presidentes Bush (2001-2009) y Obama (2009 - ) han conspirado para debilitar al gobierno de Caracas mediante tácticas diplomáticas y militares. En este último caso, Washington le negó repuestos de armas bélicas a Venezuela por encontrarse en su lista de países enemigos. También le prohibió a Brasil y a Francia que le vendiera armamento. Venezuela le compró las armas a Rusia.
El presupuesto militar anual de Venezuela es de 2 mil millones de dólares. Está cerca del 0.3 por ciento del presupuesto de EEUU. Representa como la tercera parte de los presupuestos militares de Colombia y Chile, respectivamente. En la actual coyuntura, Venezuela teme que el gobierno colombiano sea empujado por EEUU para actuar de manera irresponsable.
Afortunadamente, Bogotá ha dicho que no tiene intenciones de atacar a Venezuela. Sin embargo, hace pocos días firmó con Washington un tratado mediante el cual este país ocupará siete bases militares en las proximidades de la frontera con el país vecino. EEUU comenzará a reconstruir la base militar de Palanquera – cerca de Bogotá – con un presupuesto de 48 millones de dólares aprobados por el Congreso.
La justificación que le dio la Fuerza Aérea al Congreso de EEUU para solicitar los 48 millones de dólares para Palanquera es una declaración de guerra. Se puede resumir en seis puntos:
1. Según la Fuerza Aérea de EEUU, “Palanquera garantiza las operaciones del espectro completo por toda América del Sur”. Por espectro completo se entiende la utilización de todas las ramas de las fuerzas armadas en forma simultánea.
2. El presupuesto aprobado dice que “la seguridad y estabilidad de EEUU están bajo amenaza constante por gobiernos anti-norteamericanos, las insurgencias terroristas financiadas con el narcotráfico, la pobreza endémica y los frecuentes desastres naturales”. Una declaración de este tipo supone que EEUU está en estado de guerra permanente no sólo contra todos los pueblos del mundo, también con su propia gente.
3. Agrega que “la fuerte relación de cooperación en seguridad (con Colombia) ofrece una oportunidad para conducir operaciones de espectro completo por toda Sudamérica”. En este párrafo se puede entender la preocupación que tiene Venezuela de que Colombia se convierta en el “porta-aviones” de EEUU.
4. “La ubicación aislada (de la base) ayudará las capacidades de Seguridad Operativa y la Protección de Fuerza, minimizando el perfil de la presencia militar de EEUU”.
5. La solicitud de la Fuerza Aérea confiesa que su “intención es utilizar la infraestructura existente el máximo posible, mejorar la capacidad de EEUU para responder rápidamente a una crisis y asegurar el acceso regional y la presencia de EEUU a un costo mínimo”.
6. El documento de la Fuerza Aérea, dice también que “aumentará nuestras capacidades de “guerra expedita”, es decir, organizar a las fuerzas armadas de una nación para luchar en el exterior, especialmente cuando están ya ubicadas en bases militares extranjeras”.
Panamá, 12 de noviembre de 2009.

viernes, 6 de noviembre de 2009

Panamá anuncia que EEUU quiere 4 bases "aeronavales"

El gobierno panameño anunció que “la Policía Nacional, el Servicio Nacional de Frontera y el Servicio Nacional Aeronaval firmaron un acuerdo interinstitucional para el establecimiento de bases aeronavales y de policía panameñas en el litoral Pacífico y Atlántico del país”. La declaración oficial es un encubrimiento del pacto que seguramente ya firmaron Panamá y EEUU para que este último país establezca bases militares en el Istmo panameño. Según el internacionalista, Julio Yao, el anunció “no sorprende porque serán bases aeronavales y de policía panameñas que podrán ponerse a disposición de EEUU”. Yao señala que un acuerdo previo firmado en 2002, entre el ministro de Gobierno y Justicia Salas y el embajador Becker, “dispuso que los puertos y aeropuertos de Panamá podrán ser usados generosamente por las fuerzas armadas de Estados Unidos”.
Hace un mes, el presidente Ricardo Martinelli proclamó que le había cedido dos bases navales a EEUU, después de reunirse con la secretaria de Estado de ese país, Hillary Clinton. Las dos bases se multiplicaron y ahora son cuatro bases “aeronavales” que Panamá le proporcionará a EEUU. Las cuatro bases aeronavales están en el Pacífico y en el Caribe.
La primera base “aeronaval” se ubicará en la Isla Chapera, en el Archipiélago de las Perlas, cerca de la Isla Contadora (ésta fue utilizada para concertar la paz en la región en la década de 1980). La segunda base se ubicará en Rambala, en la provincia de Bocas del Toro, área que se promovía para el turismo internacional. La tercera en Punta Coco, provincia de Veraguas y la cuarta – y última - en Bahía Piña, provincia de Darién, a pocos kilómetros de la frontera con Colombia.
Según Yao, quien denunció el acuerdo en un discurso pronunciado en presencia del presidente Martinelli y su gabinete, “las bases puestas a la disposición de EEUU profundizan la militarización de un amplio espacio territorial... desde el cual será posible lanzar operaciones sobre toda la región en franca conspiración contra la pacífica convivencia entre los pueblos y la solución pacífica de las conflictos”. El operativo es una caricatura del realizado hace poco en Colombia. Bogotá publicará la próxima semana los acuerdos firmados con EEUU para poner a su disposición siete bases militares.
El vicepresidente y canciller de la República, Juan C. Varela, presente en el acto, perdió los estribos e intentó censurar al profesor Yao. Se lamentó, además, que Yao no hiciera referencia al tráfico de drogas por Panamá. El presidente Martinelli, en defensa de su política, sólo logró articular algo sobre los astronautas. Yao fue invitado como orador para rendirle homenaje a los Soldados de la Independencia por el Municipio de la ciudad de Panamá, cuyo papel en la gesta separatista del 3 de noviembre de 1903 fue crucial.
El gobierno panameño podría parafrasear al general Freddy Padilla, ministro de Defensa encargado de Colombia cuando defendió el acuerdo de Bogotá con Washington: “No son bases norteamericanas, son colombianas... pero brindamos la posibilidad de que accedan a nuestras instalaciones”.
Según EEUU, las cuatro bases que pretende instalar en Panamá tendrían como objetivo frenar el tráfico de drogas y de “personas ilegales”. También hacen referencia al eufemismo del terrorismo que puede interpretarse como quieran los funcionarios norteamericanos. Según Yao, “las Naciones Unidas carecen de una definición sobre el terrorismo, motivo por el cual no existe un solo tratado que lo regule. En cambio, si existe una definición sobre la soberanía nacional, que comprende la independencia nacional y la integridad territorial”. Con este acuerdo que se ha realizado en forma secreta, el gobierno actual está violando en forma abierta la soberanía nacional que le ha costado tanto conquistar al pueblo panameño.
Según varios acuerdos, que no tienen fundamento constitucional, firmados a principios de la presente década, EEUU (sus fuerzas armadas, terrestres, aéreas o navales) puede surcar el territorio nacional sin mayores trámites o requisitos.
Según la denuncia de Yao, “todos los barcos de bandera panameña pueden ser interceptados en alta mar por naves de EEUU bajo el programa de control de armas de destrucción masiva. Conforme a esos acuerdos, EEUU puede invitar para que entren a nuestro territorio otros Estados con el propósito de que éstos cooperen con Panamá en la guerra contra el terrorismo, el narcotráfico y otros delitos internacionales. Conforme a esos acuerdos, Panamá se obliga a no ejercer jurisdicción sobre funcionarios civiles o militares de Estados Unidos, acusados de crímenes de guerra, ni de someterlos al Tribunal Penal Internacional”.
Los citados arreglos intentan cubrir las maniobras militares Panamax que desde 2003 llevan a cabo países latinoamericanos y miembros de la Organización del Tratado del Atlántico Norte (OTAN) en Panamá con el pretendido propósito de atender la protección y defensa del Canal y de Panamá. Las maniobras Panamax han sido dirigidas siempre por un almirante del Comando Sur. La Constitución Política de Panamá atribuye exclusivamente a panameños la defensa de su territorio y prohíbe a nuestros funcionarios civiles o militares recibir órdenes de militares extranjeros. A su vez, el Tratado de Neutralidad imposibilita la presencia militar extranjera en nuestro país.
En su discurso el internacionalista Yao aclara que “el Artículo V del Tratado de Neutralidad dispone que, después del 31 de diciembre de 1999, sólo la República de Panamá mantendrá fuerzas e instalaciones militares y sitios de defensa dentro de su territorio nacional. Los defensores de la militarización norteamericana de Panamá argumentarán que la Reserva Nunn al Artículo V del Tratado de Neutralidad permite acordar dicha presencia militar, les advertimos que una cosa es lo que se pretendió con dicha Reserva y otra es lo que la misma dice”.
Lo que dice la Reserva Nunn es que, no obstante el Artículo V, Panamá y EEUU podrán acordar la presencia militar extranjera para garantizar el régimen neutral del Canal. La neutralidad de la vía acuática consiste en la libre navegación y la desmilitarización del Canal. Mal puede la Reserva Nunn garantizar la neutralidad si ella misma introduce condiciones (las bases) que específicamente la niegan. La Convención de Viena es clara al estipular que pueden aceptarse enmiendas a los tratados siempre y cuando no contradigan sus propósitos fundamentales. Si esto último ocurre, las enmiendas dejan de tener validez jurídica. Este sería el caso de la Reserva Nunn, concluye Yao.
Panamá, 5 de noviembre de 2009.

jueves, 29 de octubre de 2009

La carrera armamentista terrorista

El Senado de EEUU aprobó en octubre de 2009 el presupuesto militar más elevado para un país en la historia humana: Un total de 626 mil millones de dólares. Esta suma no incluye otros 400 mil millones que EEUU está invirtiendo en sus guerras en Irak y Afganistán. La suma representa casi la mitad del presupuesto total de EEUU. Esta tendencia “suicida” no es novedosa. Muchos analistas señalan que es precisamente la economía de guerra norteamericana la que alimenta la demanda de una economía capitalista insaciable.
Dicen que sin guerra no hay crecimiento. Ahora el lema cambió: sin guerra no hay recuperación económica. Los ideólogos de Washington insisten en que el armamentismo, las guerras y la destrucción masiva son muy saludables para un paciente enfermo como el capitalismo norteamericano. (Cuando no había crisis decían que el armamentismo era la medicina necesaria para no enfermarse).
Gran Bretaña es el país que sigue en importancia en términos de gastos militares. Pareciera increíble pero es cierto: Gran Bretaña tiene un presupuesto bélico de 50 mil millones de dólares. Aproximadamente el 7 por ciento de EEUU. Sigue en tercer y cuarto lugares, Francia y Alemana, respectivamente, con presupuestos de 40 mil millones cada uno. En quinto lugar está Rusia (39 mil millones) y China en sexto lugar con 35 mil millones. Los cinco países que siguen a EEUU en importancia tienen combinados un presupuesto militar de 210 mil millones.
América latina no se queda atrás en los gastos militares (sin poder compararse con EEUU).
En total sus gastos militares suman 34 mil millones de dólares. Casi alcanza a China pero apenas representa el 5.5 por ciento del presupuesto militar de EEUU. Chile, Colombia y Brasil se convirtieron en los países con más gastos militares de la región durante 2008. Chile lidera el gasto militar por habitante con 290 dólares “per cápita” en 2008, mientras Colombia gastó 115, Ecuador 89 y Brasil 80. En términos absolutos, medidos en miles de millones de dólares, el país que más gasta es Brasil, con el 45 por ciento del total latinoamericano, seguido por Colombia y Chile.Según un estudio realizado por SIPRI (Suecia) y FLACSO (Chile), el país latinoamericano que más gasta es Brasil con casi 15 mil millones de dólares, seguido por Colombia con 5.5 mil millones de dólares. Chile casi llega a 5 mil millones de dólares y Venezuela alcanza los 2.2 mil millones en gastos militares. Argentina y Perú siguen con 1.7 y 1.1 mil millones. Estos seis países son responsables del 89 por ciento del presupuesto militar de América latina.
El presupuesto colombiano no se puede calcular con mucha certeza desde que EEUU decidió escalar el Plan Colombia con una intervención militar directa en este país. Los países de Sur América (el Consejo Suramericano de Defensa de la UNASUR) le han pedido a Bogotá que presente un informe con los detalles concernientes al incremento de los gastos militares. El gobierno colombiano se ha negado a cumplir con sus obligaciones echándole la culpa al secretismo de Washington.
EEUU es en la actualidad el proveedor más importante de equipo militar (que incluye entrenamiento de personal y otros “servicios”) a los países latinoamericanos. Además del Plan Colombia, recientemente el presidente de EEUU, Barack Obama, incrementó el presupuesto militar del Plan Mérida que incluye a México, Centroamérica y Panamá. También mantiene una relación militar privilegiada con Perú, Chile y Argentina. Desde fines del siglo XIX, EEUU ha sido el principal mercado de armas para la región, muchas veces promoviendo carreras armamentistas entre los países para venderles más y dominarlos.
29 de octubre de 2009.

jueves, 22 de octubre de 2009

"Otro rostro para la pobreza"

“Otro rostro para la pobreza” es el título de una noticia sobre un proyecto de vivienda en la comunidad de Curundú, en la capital panameña. La comunidad nació hace 80 años para alojar a los jornaleros peor remunerados en la antigua Zona del Canal. Sigue siendo un área muy deprimida con una población cercana a los 30 mil habitantes. La violencia, el desempleo y la pobreza son los factores que predominan en el sector. El diario que presenta la información pareciera decir que el gobierno del presidente Ricardo Martinelli quiere “cambiarle” el rostro de la pobreza pero no pretende mitigar o erradicar esta situación social que afecta al 40 por ciento de los panameños.
Como la mayoría de los proyectos urbanos en la antigua periferia de la ciudad, el proyecto está concebido para efectos de generar algunas ganancias a los sectores especuladores que abundan en el gobierno. Un cambio de rostro, pero todo seguirá lo mismo.
El proyecto no responde a un plan de desarrollo urbano. Tampoco está en el marco de los planes de desarrollo de las áreas revertidas, con los cuales colinda. Según lo anunciado, canalizará las aguas de la quebrada que lleva su nombre y se habilitarán dos calles para que se pueda cruzar a las áreas revertidas. Contempla la construcción de cerca de mil soluciones de vivienda en el área donde existe actualmente un conjunto de ranchos improvisados.
Los voceros del gobierno dijeron que la transformación urbana incluye un cambio de actitud de la población, la cual se logrará con los programas de educación que desarrollarán. Los mismos agregaron que a través de programas sociales, se prevé fortalecer la integración comunitaria, impulsar el deporte y la cultura y fomentar la cultura del trabajo y la formación de microempresas. Los ministros del gobierno no saben que un cambio de actitud sólo puede lograrse si a la población se le ofrece acceso a empleos bien remunerados y a la juventud se le crea oportunidades de educación.
Según el Ministerio de Vivienda, el proyecto abarca una extensión de 16 hectáreas, en los que se harán movimientos de tierra y rellenos que permitirán la construcción de vías de comunicación, la colocación de tuberías de agua potable, de aguas servidas, de drenajes y puentes que conectarán a la comunidad de Curundú con el sector de Albrook y la avenida Ascanio Arosemena.
Preocupa que ante los problemas que tiene que enfrentar el gobierno, el presidente Martinell declare que el no es responsable. Hay un incremento de la violencia, del desempleo y de la pobreza y el presidente declara que “yo no hago el presupuesto. Lo hacen otros ministerios, lo aprueba el Gabinete y la Asamblea”.
Pero el presidente si escogió del equipo que maneja sus supermercados a la próxima encargada de la Contraloría General de la República. Esta es la institución que supuestamente debe garantizar el manejo transparente de los fondos de la hacienda pública. Se informó que Gioconda de Bianchini, auditora de la Importadora Ricamar, propiedad del presidente Martinelli, será la ungida.
Martinelli desarrolló su campaña presidencial prometiendo “cambios” en el manejo de las políticas sociales y económicas, haciendo énfasis en la erradicación de la violencia, la corrupción y la pobreza. Sin embargo, el proyecto de Curundú no pareciera estar dirigido en esa dirección.
Panamá, 22 de octubre de 2009.

jueves, 15 de octubre de 2009

Martinelli rechazó a los pueblos indígenas

Los pueblos indígenas panameños concentraron varias delegaciones en la capital panameña el lunes, 12 de octubre, para conmemorar el Día de la Resistencia Indígena con una marcha a la Presidencia. La misma fue el punto culminante de la caminata indígena y campesina realizada desde San Félix, provincia de Chiriquí, hasta la ciudad de Panamá. En el calendario latinoamericano el 12 de octubre ya no se celebra como el día del “descubrimiento” o el día de la “raza”. Los pueblos indígenas están reivindicando su lucha contra la invasión europea y el símbolo de su llegada al continente en 1492.
La visita de las delegaciones indígenas fue rechazada por el presidente Ricardo Martinelli, quien decidió no recibir en el Palacio de las Garzas a los representantes de los pueblos originarios panameños. Según fuentes allegadas a la marcha, el presidente Martinelli intentó infiltrar agentes indígenas, que en su mayoría no participaron de la caminata, como condición para iniciar un diálogo con las delegaciones.
Los representantes de los pueblos ngobe-buglé y otros campesinos le querían plantear al presidente Martinelli la necesidad urgente de detener la construcción de las hidroeléctricas. Estos proyectos, que no responden a un plan de desarrollo nacional, están acabando con las cuencas de las provincias occidentales del país. A su vez, le iban a presentar los resultados desastrosos de los proyectos turísticos en ambas costas del país. Los nasos, por su lado, siguen luchando para recuperar sus tierras ocupadas por un contingente policial al servicio de un empresario ganadero terrateniente.
Las delegaciones llegaron a la Plaza Catedral, a una cuadra de la Presidencia, a las 5 de la tarde. En el lugar el gobierno colocó recientemente una cerca permanente para interrumpir el paso libre entre los dos monumentos históricos panameños (la Catedral y el Palacio de las Garzas). Cuando las delegaciones llegaron al perímetro defendido por la Policía, fueron atendidos por el director de Política Indigenista, del Ministerio de Gobierno y Justicia. Ese despacho ejecutó hace poco la orden de desalojo contra los nasos que protestaban en la Plaza Catedral.
El gobierno decidió que sólo podían pasar seis personas. Los dirigentes de los pueblos indígenas reclamaron que la delegación debía ser más grande. Ante el desacuerdo, los representantes del gobierno decidieron darle la espalda a los indígenas. Es lamentable que situaciones de este tipo, mal manejadas y sin una adecuada dirección política, perjudiquen a las comunidades más vulnerables del país. Otra decisión podría haber marcado el inicio de un diálogo saludable para ambas partes.Las delegaciones esperaron durante tres horas y media antes de retirarse. Mientras se deliberaba en torno al desaire del presidente Martinelli, se desarrolló la Tribuna de los Pueblos Indígenas y Campesinos, donde se presentaron declaraciones de los movimientos participantes y distintas muestras de la cultura indígena y campesina.
Los diferentes grupos denunciaron el carácter prepotente que caracteriza la actitud del gobierno. El pasado viernes, 9 de octubre, Martinelli tampoco atendió a los delegados de los educadores que participaron de una marcha convocada por varios gremios.
En la Plaza Porras, donde se encuentra ubicada la Embajada del Reino de España en Panamá, la marcha se detuvo para condenar el genocidio de miles de indígenas americanos desde el primer desembarco de europeos hace 517 años.
Panamá, 15 de octubre de 2009.

jueves, 8 de octubre de 2009

Los primeros cien días del presidente Martinelli

A punto de cumplir 100 días en la Presidencia de la República, Ricardo Martinelli decidió reprimir a los indígenas naso que protestan en la Plaza Catedral de la ciudad de Panamá desde marzo de 2009. Las comunidades naso en la provincia de Bocas del Toro fueron desalojadas y destruidas por la Policía Nacional a principios de año (por el gobierno de Martín Torrijos), dejando familias y niños desamparados, para darle paso al ganado de un empresario residente en la capital.
Pocos días después de los arrestos en Catedral, la Policía Nacional reprimió a los estudiantes del Instituto Nacional. La Policía, incluso, procedió a dar lecciones de urbanidad a los padres de familia en medio de los golpes y ante las cámaras de televisión.
La ONU
La política de Martinelli es consistente con su campaña presidencial (iniciada en 2003) y con los primeros tres meses de su mandato. La semana anterior anunció en la Asamblea General de las Naciones Unidas que el país estaba abierto para hacer negocios (“Panama’s open for business”). Los 192 delegados de los Estados miembros quedaron atónitos por la sinceridad del dueño de supermercados panameños. El mundo también quedó sorprendido cuando anunció, poco después, que había acordado con el Departamento de Estado norteamericano la instalación de bases militares en las costas del Pacífico del istmo panameño.
Cambio y corrupción
El estilo de Martinelli coincide con sus objetivos, lamentablemente. Durante su campaña mediática presidencial adoptó como lema la palabra “cambio” que fue acogida por la población electoral de manera muy positiva. Los panameños están agotados por la violencia, corrupción y desorden producto de las políticas públicas equivocadas de los gobiernos que lo antecedieron. Durante los primeros 100 días como gobernante, sin embargo, Martinelli apretó el acelerador provocando más violencia, corrupción y desorden a nivel de la cosa pública.
Las cifras que arrojan las estadísticas sobre violencia siguen aumentando. La política pública de control del tráfico de ilícitos, de las pandillas y del juego del azar no se han alterado. Al contrario, el Ministerio de Gobierno y Justicia anunció que invertirá 100 millones de dólares para construir nuevas instalaciones penitenciarias donde detendrá la creciente población delictiva. Se siguen aplicando las mismas políticas (“mano dura”, “calles seguras” y otras) que no tienen relación alguna con la violencia y el crimen organizado.
Martinelli prometió poner fin a la corrupción y lo que ha hecho es seguir trabajando en la misma dirección. La “cinta costera” (a un costo absurdo de 190 millones de dólares), que fue denunciada por el candidato Martinelli, ahora es celebrada por el presidente Martinelli quien pidió otros 54 millones de dólares para extender la cinta hacia el “Casco Viejo” de la ciudad capital. Antes de cumplir los 100 días en Palacio, Martinelli aprobó gastos por 100 millones de dólares mediante “compras directas” sin pasar por las licitaciones que exige la ley. En el plano del nepotismo, nombró a familiares suyos y de sus colaboradores más allegados en embajadas y consulados, siguiendo las tradiciones más nefastas de los gobernantes panameños.
Empleo y economía
Sus promesas en torno a la solución de los problemas básicos como el empleo informal y la crisis de la familia panameña han quedado en letra muerta. En el Ministerio de Trabajo no hay preocupación alguna por enfrentar la situación creada por las políticas de los gobiernos anteriores. Martinelli insinuó ante los empresarios que se flexibilizará aún más la relación obrero patronal (creando más inestabilidad y reduciendo el salario de los trabajadores). Además, prometió reducir los impuestos de quienes más ganan y de distribuir los ingresos del Fisco (Canal de Panamá, Zona Libre de Colón, los puertos y otros) entre los inversionistas más ricos. Por cierto, los ingresos del Canal, de la zona franca y de los puertos están estancados desde 2008 producto de la recesión mundial.
El equipo económico de Martinelli no reconoce la crisis económica que afecta al mundo y ha insistido durante los primeros 100 días de gobierno que la estructura financiera de Panamá saldrá sin ser afectada. Sin embargo, no quiere ver los efectos que está teniendo la crisis sobre los ingresos de los panameños, sobre la producción manufacturera y sobre los agricultores del país. El panameño está consumiendo menos, las industrias han reducido en un 20 por ciento su producción y los agricultores han pedido el 50 por ciento de su capacidad.
El sector financiero panameño ha sido golpeado reduciéndose los movimientos bancarios y las inversiones en actividades especulativas como los bienes raíces y seguros. Incluso, los casinos, que son áreas privilegiadas para la corrupción al más alto nivel, han sufrido una pequeña disminución en sus ganancias. El sector inmobiliario – que crecía a una tasa anual superior al 20 por ciento entre 2004 y 2007 - se redujo a su mínima expresión con la retirada de los especuladores norteamericanos, españoles y los intermediarios de los colombianos.
Política exterior
La política exterior panameña perdió totalmente la brújula. En su discurso de toma de posesión, Martinelli se pronunció favorable a una política subordinada a EEUU. Ha sido consecuente con esa línea aceptando que ese país instale bases militares en Panamá. También está haciendo un llamado a un nuevo eje de la “derecha” latinoamericana con Colombia, México y Perú. Pronostica que otros países latinoamericanos se sumarán al nuevo eje: Chile, Uruguay Brasil que celebrarán elecciones próximamente. Además, es el único país que oficialmente ha aceptado el golpe militar de Honduras y su convocatoria electoral.
Política social
En materia de política social ha suspendido los programas del gobierno anterior relacionados con la “Red de oportunidades” que repartía dádivas a las poblaciones más empobrecidas. No ha planteado alternativa alguna. En los sectores de Educación y Salud, así como Seguridad Social, impulsa programas de privatización y de reducción de gastos que perjudicará a los sectores más vulnerables. Incluso, coquetea con la fusión de las entidades encargadas de Cultura y Turismo, señalando que la cultura es una mercancía que pueden comprar los turistas que llegan a nuestras costas.
La oposición política
Durante los primeros 100 días de Martinelli la oposición política no logró definir su programa de trabajo. El Partido Revolucionario Democrático (PRD) entró en una fase de transición del cual no ha podido salir. La dirección del partido, derrotada en las elecciones de mayo de 2009, no quiere aceptar cambios y se ha aliado al expresidente Ernesto Pérez Balladares para amarrarse a las prebendas del poder.
Por su lado, la izquierda panameña presenta varios frentes políticos que podrían tener algún impacto en el futuro próximo. El Partido Alternativa Popular (PAP), que lanzó la candidatura presidencial del economista Juan Jované en las últimas elecciones, está trabajando en su inscripción formal. Por otro lado, el FRENADESO que reúne a sindicatos, gremios y otros sectores populares, anunció su intención de entrar en el terreno electoral para combatir el monopolio político de la burguesía panameña.
Martinelli cumple 100 días en la Presidencia sin sentar las bases de una política que le permita cumplir con sus promesas de campaña. Más bien, ha sacado a relucir las mismas políticas públicas que han promovido la violencia, la corrupción y la desigualdad social en Panamá durante los últimos veinte años. En esta ocasión sin máscaras o coberturas populistas (panameñistas) o social demócratas (PRD).
La oligarquía panameña se ha tomado el poder y actuará en consecuencia durante los próximos años a nada menos que se logre detener ese tren expreso que no respeta al pueblo panameño, a sus etnias indígenas, a sus trabajadores, amas de casa ni a sus estudiantes. El estilo de la oligarquía está marcada por el envío de sus fuerzas represivas a realizar arrestos en la Catedral en horas de la madrugada.
Panamá, 8 de octubre de 2009.

viernes, 2 de octubre de 2009

Universidad y el proyecto de nación

Con motivo de la celebración de la II Feria del Libro en la Biblioteca “Simón Bolívar”, de la Universidad de Panamá, se me invitó a que hablara sobre la Sala de Estudios Latinoamericanos que funciona en esa institución. Comparto con los lectores un extracto de las palabras preparadas para esa importante ocasión.
Cuando hablamos de educar, capacitar o cultivar hay quienes lo confunden con actividades improductivas. Confunden la necesidad de producir nuevos conocimientos con la contemplación. La producción de nuevos conocimientos constituye el fundamento de todo progreso. Esta producción se realiza en un medio de la mayor competitividad. Los países que no producen nuevo conocimiento simplemente se quedan atrás. Todos los estadistas y políticos de relieve son concientes del papel de los centros de estudios superiores. Las universidades en el mundo fueron creadas para responder a retos específicos, propios de sus tiempos.
La Universidad de Panamá no es una excepción. Su creación en 1935 respondió a la urgencia que sentía la nación panameña de preparar a profesionales capaces de manejar un creciente y complejo aparato estatal. La Universidad, bajo la conducción de Octavio Méndez Pereira, cumplió con creces con el llamado del país. Posteriormente, con la política de industrialización, en las décadas de 1950 y 1960, la Universidad nuevamente fue llamada a formar especialistas en todas las áreas productivas. La Universidad de Panamá respondió con éxito y responsabilidad entregándole al país los profesionales que demandaba para cumplir con su proyecto.
En la actualidad, la nación panameña enfrenta nuevamente enormes retos. El país cuenta con una población formada para producir, con ricos recursos naturales y un enorme capital acumulado a la espera de ser explotado.
La suma de estos recursos nos convierte en un país privilegiado, le ofrece a esta y a las próximas generaciones la oportunidad para consolidar la nación, convertirla realmente en un líder regional en aspectos tan importantes como el bienestar social, la cultura política y la producción.
La Universidad espera el llamado que le haga el país para actuar, para trabajar, para producir nuevos conocimientos y nuevos profesionales. La Universidad tiene que enfrentar el reto que presenta para el futuro de la nación la explotación inteligente de nuestro recursos naturales. Hay que reorientar la política estatal actual que permite la destrucción de los recursos del país – tanto humanos como naturales - a cambio del lucro desmedido de unos pocos especuladores.
La Universidad de Panamá está en condiciones de contribuir en cada escalón del camino hacia nuestra superación como país. Hay que descartar las improvisaciones y los ataques superficiales contra la casa de Méndez Pereira. Desde hace más de 70 años los mismos sectores retardatarios del país han acusado a este centro de estudios superiores de invertir demasiada plata en nuestra juventud.
Más importante que rechazar acusaciones necias, la Universidad de Panamá tiene que responder a las exigencias de la nación. Hay que continuar formando profesionales, hay que seguir produciendo nuevos conocimientos y, sobre todo, hay que continuar siendo “la conciencia crítica de la nación”. Para alcanzar estas metas la Universidad tiene que transformarse diariamente. Las aulas de clase tienen que ser hervideros de cambio, de nuevas propuestas que nos permita enfrentar los retos de esta hora histórica.
Panamá, 1º de octubre de 2009.

jueves, 24 de septiembre de 2009

¡Cómo erradicar la criminalidad!

Las políticas públicas diseñadas y ejecutadas por los gobiernos panameños en las últimas dos décadas han incrementado las pandillas juveniles, la población carcelaria (que no cabe en los centros de detención) y el tráfico ilegal de servicios y bienes. Al mismo tiempo, la corrupción ha penetrado todos los sectores más encumbrados de los sectores público y privado, observándose un abuso creciente en el sistema de transporte, en el desarrollo urbano y en los medios de comunicación.
La población panameña tiene que soportar el incremento de las batallas entre pandillas, los secuestros y ejecuciones, así como los robos a mano armada. Las autoridades más encumbradas, desde la Presidencia de la República hasta el corregidor de barrio, pasando por la institución policíaca, se confiesan incapaces de enfrentar la ola del crimen.
Esta frustración tiene una razón muy sencilla: Las políticas públicas que se aplican y la corrupción que caracteriza a quienes tienen el poder. La solución a los problemas de criminalidad sólo se puede alcanzar modificando las políticas públicas.
En primer lugar, es urgente que, a todos los niveles, se regule todo lo referente a la producción e intercambio de bienes y servicios. Hay que poner fin a las llamadas políticas de “desregulación” que crea más empleo informal. Al mismo tiempo, el sector público tiene que invertir más en el desarrollo de las comunidades, en la educación y en la salud. Hay que recuperar el tejido económico y social de la sociedad panameña
Segundo, la clave para poner fin a la criminalidad está en la creación de oportunidades para que la juventud estudie y trabaje. En la medida en que estos dos objetivos no se logren, la criminalidad seguirá azotando al país. Los gobiernos de turno tienen que intervenir con energía - y de manera planificada - utilizando los recursos que genera la riqueza nacional para generar empleos productivos. En la actualidad, la mayoría de la juventud – población entre los 16 y 30 años de edad – se encuentra sin empleos decentes y sin oportunidades de encontrar mecanismos para formarse.
Tercero, hay que rescatar las fábricas en las ciudades y en los centros agroindustriales que han cerrado o se están cerrando. La elite política panameña celebra los resultados de sus políticas destructivas señalando que Panamá no es un país “productivo”. La economía panameña – dicen los enemigos de la nación que gobiernan - sólo debe generar servicios para acelerar el tránsito por el Istmo. Esta visión negativa de país no excluye el tráfico ilegal de mercancías y personas, la promoción de juegos del azar, prostitución y la especulación en bienes raíces.
En resumen, hay que invertir recursos en la juventud panameña y poner fin al saqueo de las arcas fiscales del país por una pequeña elite. Es una lástima que el actual presidente de la República es un firme defensor de la idea que Panamá no debe producir riquezas. Hay estudios del Banco Mundial que recomiendan que Panamá invierta en actividades productivas. Un incremento del 2 por ciento de la producción en estos sectores puede eliminar el 15 por ciento de la pobreza (donde está el 40 por ciento de la población). La disminución de la pobreza (desigualdad social) es la mejor arma para golpear la corrupción y el crimen organizado.
Panamá, 24 de septiembre de 2009.

viernes, 18 de septiembre de 2009

¿Regresará Noriega?

En Panamá la gente se pregunta que le ha pasado a Noriega. Sí, el general Manuel A. Noriega, quien fuera jefe de las Fuerzas de Defensa de Panamá (FDP) entre 1983 y 1989, hasta que la invasión militar norteamericana lo secuestrara para juzgarlo por cargos de supuesto tráfico de drogas. Curiosamente, fue rapidamente condenado como traficante en Panamá en un juicio realizado en Florida mientras era considerado “prisionero de guerra” por el gobierno norteamericano.
Durante la invasión militar de EEUU, fueron muertos un número que oficialmente nunca se ha dado a conocer. Algunos dicen que fueron mil personas, otros aseguran que fueron cerca de 5 mil. En realidad, los gobiernos panameños (un total de cinco en 20 años), se han encargado de encubrir las causas y las consecuencias de la guerra declarada por EEUU contra Panamá.
¿Cuántas muertes fueron? ¿Porqué fue tomado prisionero de guerra el general Noriega? Preguntas que los gobernantes panameños y sus asesores legales prefieren no plantearse. El gobierno norteamericano todavía tiene clasificada gran parte de los archivos que se refieren a la invasión militar de 1989. Además, unidades especiales de inteligencia norteamericana se llevaron la totalidad de los archivos de las FDP, que incluyen los de la Guardia Nacional (1953-1983).
Bob Woodward, el periodista que descubrió la conspiración del hotel Watergate, señala que la invasión era parte de una campaña de relaciones públicas del entonces presidente Bush (padre) quien era considerado un debilucho por la opinión pública de EEUU y había que crearle una imagen “macho”. La invasión militar, la muerte de miles de inocentes y la “captura” de Noriega lo convertirían en “héroe” y aseguraría su reelección en 1992. En la campaña electoral de ese año, Clinton lo desbancaría recordándole que el problema de EEUU era “la economía, estúpido”.
Curiosamente, EEUU trata de explicar la situación de Noriega recurriendo a la Convención de Ginebra. Tratado internacional pisoteado por EEUU desde su aprobación. Washington admite que tortura, detiene sin juicios, asesina y realiza espionaje. (Los casos recientes de Guantánamo son una pesadilla para el pueblo norteamericano que siente vergüenza por el comportamiento de sus gobernantes).
Según analistas de ese país, EEUU debe expulsar a Noriega de su territorio y devolverlo a Panamá. Así dicta la Convención de Ginebra. Sin embargo, algunas mentes legales de EEUU alegan que Noriega no puede regresar a Panamá porque constituye un peligro para la estabilidad política del país. “El retorno del general puede contribuir a la destrucción de la unidad nacional. Como consecuencia, sería prudente descartar la ley y ser pragmático”. Quienes piensan de esta manera en EEUU, dicen que hay “demasiados políticos panameños que tuvieron vínculos con el régimen norieguista y su regreso crearía tensiones capaces de desestabilizar la sociedad panameña”.
En realidad, Noriega constituye un peligro para EEUU en su calidad de agente de ese país mientras dirigía las FDP. Si regresara a Panamá no podría ser juzgado porque todas las evidencias de sus supuestos crímenes los tiene EEUU. Como señalara el sociólogo argentino, Atilio Borón, Noriega ahora se levanta como espejo ante la política de EEUU en Colombia y México. En el país vecino, el presidente Alvaro Uribe puede ser objeto de una acción punitiva por parte de EEUU si da un paso en falso.
Panamá, 17 de septiembre de 2009.

jueves, 10 de septiembre de 2009

Ho Chi Minh

La guerra de liberación de Vietnam tiene un paralelo histórico con las luchas generacionales panameñas por recuperar su soberanía usurpada a principios del siglo pasado. A diferencia de Vietnam donde, entre 1965 y 1975, murieron más de 5 millones personas por los bombardeos y torturas, en Panamá los mártires fueron muchos menos. Otra diferencia es que en la actualidad, Vietnam tiene un gobierno que planifica su desarrollo y contribuye a la superación de su pueblo. En Panamá hemos retrocedido y tenemos gobiernos que siguen aplicando políticas neoliberales fracasadas con el único objetivo de concentrar aún más la riqueza.
El gran estratega político que dirigió la liberación de Vietnam fue Ho Chi Minh. Nació en Annam en 1890 con el nombre de Nguyen Tat Than. La clandestinidad de toda la vida le obligó utilizar más de cien apodos diferentes para escapar de la persecución policial. El nombre de Ho Chi Minh significa “el que ilumina”.
Según Amador Ibáñez, estudioso del revolucionario vietnamita, Ho era hijo de un médico herborista, enemigo del colonialismo francés, que ocupó Vietnam en 1860. Estudió en Hué y Saigón, hasta que en 1912 emigró como mozo en un barco francés. En París conoció a Chou En Lai, León Blum, Marcel Cachin y Longuet (sobrino de Carlos Marx), entre otros destacados dirigentes del movimiento obrero internacional. Se afilió al Partido Comunista francés, escribió en L'Humanité y luego fundó el periódico El Paria, donde escribirían varios dirigentes revolucionarios de las colonias.
Hacia fines de la segunda guerra mundial fundó el Vietnam Doc Lap Dong Minh Hoi (Frente para la liberación de Vietnam), más conocido por Vietminh. También creó el ejército guerrillero dirigido por Vo Nguyen Giap, uno de los generales revolucionarios más brillantes del mundo. El Vietminh organizó la insurrección general, logró la independencia nacional y fundó la República Democrática de Vietnam.
A la guerra contra Francia sucedió la guerra contra EEUU. "Derrotados los yanquis -diría Ho- construiremos una patria diez veces más hermosa". Siempre estuvo seguro de “la victoria total".
Sus predicciones se cumplieron, aunque Vietnam sufrió años de atrocidades contra su población. El territorio fue convertido en campo de experimentación de armas sofisticadas y de criminales bombardeos contra la población indefensa. Desde 1961 hasta 1973, el Pentágono arrojó sobre Vietnam y el vecino Laos más de siete millones de toneladas de bombas y 100 mil toneladas de sustancias químicas tóxicas. Sobre Vietnam se descargaron más bombas que las arrojadas durante la segunda guerra mundial. Millones de personas padecieron y todavía padecen los efectos del agente naranja, potente defoliante que pretendía arrasar el bosque húmedo del país para aislar a los guerrilleros.
Ho Chi Minh murió en Hanoi, hace ya cuarenta años, el 3 de septiembre de 1969. En su testamento dejó escrito que "durante toda mi vida, he servido con todas mis fuerzas y con todo mi corazón a la Patria, a la Revolución y al pueblo. Ahora, si debo partir de este mundo, no hay nada que sienta más que no poder servirlos más tiempo". El proceso liberador continuó. Cuando seis años después de su muerte, los patriotas vietnamitas triunfaron, los tanques llevaban una pancarta que decía "siempre marchas con nosotros, tío Ho".
Panamá, 10 de septiembre de 2009.

domingo, 6 de septiembre de 2009

El fin del neoliberalismo y la crisis económica

La crisis del capitalismo no es igual a la crisis del neoliberalismo. El neoliberalismo fue una estrategia política utilizada para mitigar la crisis del capitalismo que, a partir de la década de 1970, dejó de generar las ganancias necesarias para reproducir el sistema. El neoliberalismo pretendió mitigar la crisis mediante tres acciones concretas: la globalización, la desregulación y la flexibilización.
Las políticas neoliberales fracasaron en su intento de frenar el colapso del capitalismo como sistema capaz de generar excedentes. El neoliberalismo – en el último cuarto de siglo – se anotó varios triunfos que crearon falsas expectativas entre sus defensores. En primer lugar, obtuvo resonantes éxitos en el plano político doblegando a las organizaciones laborales y apropiándose de una proporción mayor de sus ingresos. Fueron los casos de Reagan y Tatcher que le abrieron camino a una nuevo estilo de generar ganancias. Algunos llamaron este nuevo modelo de acumulación la “financiación” de la economía global.
La crisis del sistema capitalista en la década de 1970 remeció los cimientos de las economías de mercado del mundo. Mas espectacular aún, siendo interpretado como otro gran triunfo político del capitalismo, fue el colapso de las economías del “socialismo real” a fines de la década de 1980.
Las políticas neoliberales, promovidas por las instituciones financieras internacionales y las grandes potencias, transfirió riquezas a escala global mediante la rapiña y la “des-posesión”, como la bautizó David Harvey. A su vez, mediante la desregulación, le arrancó a los trabajadores las llamadas empresas públicas, mercantilizando incluso las fuentes de agua. De igual manera, la flexibilización disminuyó la participación de la clase obrera en la distribución de la riqueza que su trabajo generaba.
A pesar de las políticas neoliberales que transfería más y más riquezas de los sectores trabajadores a la clase capitalista, el sistema siguió sin poder generar ganancias. Entre 1975 y 2005, en vez de invertir en actividades productivas (que no podían generar ganancias), los especuladores se dirigieron al sector financiero donde se creaban los mecanismos (artificiales) aún capaces de movilizar los capitales acumulados. El mecanismo, que creaba las llamadas burbujas, lograba generar ganancias pero sin crear nueva riqueza.
La crisis financiera basada en el estallido de la burbuja inmobiliaria en la bolsa de valores de Nueva York es una – pero no la principal - causa de la crisis del sistema capitalista que se arrastraba por un cuarto de siglo o más. Cuando reventó la burbuja de los “sub-prime”, desaparecieron millones de millones de dólares en forma de activos y los estados imperialistas corrieron a salvar sus mecanismos financieros. La economía real se hundió y sigue en un estado de recesión sin perspectivas de una futura recuperación.
La inyección de más de un millón de millones de dólares al sistema financiero no tuvo como objetivo salvar a la economía real. Su propósito era salvar el sistema bancario y los intereses de la clase dominante. En la mejor tradición imperialista, cada país recurrió a sus propias estrategias sin importar el destino de los otros. Las cumbres de los G-8 y G-20 fueron escaparates para tranquilizar a los capitalistas del mundo. En ambos escenarios, las declaraciones emitidas por sus miembros reflejaban una sola realidad: ¡el capitalismo está en bancarrota y no sabemos que hacer!
Panamá, 3 de septiembre de 2009.

viernes, 28 de agosto de 2009

El futuro del PRD

El Partido Revolucionario Democrático (PRD) fue fundado en 1978 bajo el liderazgo del general Omar Torrijos, quien logró reunir bajo la dirección de la Guardia Nacional sectores representativos del espectro polìtico panameño. Desde empresarios àvidos por mantener su mercado exterior, financistas con grandes aspiraciones, un sector del comercio al por mayor y menor, industriales, profesionales, capas medias, sectores obreros organizados, importantes grupos campesinos - todo ellos provenientes de una gama variada de partidos polìticos: liberales, coalicionistas, socialistas, comunistas y otros.
Torrijos con el PRD reemplazó al viejo Partido Liberal con más de un siglo de hegemonía en el istmo. Por otro lado, los conservadores agrupados en el Panameñismo y la izquierda revolucionaria se mantuvieron al margen de la convocatoria de Torrijos. El proyecto torrijista se desgarró con la influencia de EEUU sobre Noriega y la capitulación del capital financiero que abanicó la invasiòn norteamericana a fines de la dècada de 1980.
La desaparición de las FDP hizo pensar que se hundiría tambièn el PRD. No fue el caso. En 1994 el PRD sorprendió a todos ganando las elecciones. Despuès en 2004 volviò a ganar como consecuencia de cinco años de desgobierno de la panameñista Mireya Moscoso. En la actualidad, el PRD está saliendo de una derrota electoral. Sin embargo, es una fuerza que ocupa gran parte del centro polìtico. Ha sido desplazada de la Presidencia por una alianza accidental en la cual el panameñismo ocupa un lugar secundario. Sólo otra fuerza polìtica que ocupe el centro polìtico puede desplazar al PRD. Este no será el panameñismo (conservador) ni tampoco el partido del presidente Ricardo Martinelli (accidental).
¿Podría ser una fuerza que salga de la izquierda? Es decir, una izquierda que conquiste el centro polìtico y dirija el paìs hacia un derrotero màs seguro. Hay que ver como se desenvuelven los acontecimientos en el quinquenio presidencial que recién se inaugura.
El liderazgo en todo proceso polìtico es importante. Hay tres tipos: el tradicional, el racional y el carismático. El tipo tradicional se traduce en el clientelismo, en el patrón de la hacienda. Hay todavía mucho de eso en Panamà. El carismático es el liderazgo que la gente asocia con una figura que logra formar un lazo entre el dirigente y el dirigido. El “líder” sintetiza los valores y aspiraciones del individuo. El tipo racional es el que le permite a los grupos sociales hacer sus cálculos y tomar decisiones de acuerdo con ello.
En el caso del PRD, han combinado los tres tipos de liderazgo. Pérez Balladares refleja el tipo de liderazgo racional, con ofertas dirigidas a los sectores empresariales. En cambio, Torrijos representó el liderazgo carismàtico (hijo del "general"). Ninguno de los dos es imprescindible y pueden ser reemplazados por figuras nuevas. Toda crisis (cambio), sin embargo, se caracteriza porque los programas se han gastado sin ser aún desplazados por los nuevos que no emergen. Figuras del PRD, como el “Toro” y Martín, pueden desaparecer del escenario y ser reemplazados por otros. También puede ocurrir que hay un cambio de escenario y desaparece el PRD. En su lugar puede surgir un movimiento hegemònico nuevo, con nuevos estilos de liderazgo y un programa renovador. Esto último es lo que parece que el pueblo panameño anhela.
Panamá, 27 de agosto de 2009.

viernes, 21 de agosto de 2009

FRENADESO explora futuro electoral

“FRENADESO explorará, de manera amplia, abierta, sin precondiciones de ningún tipo, la posibilidad de construir, junto a otras fuerzas populares, gremiales y personalidades democráticas y progresistas, un instrumento político para irrumpir con fuerza en el torneo electoral y disputarle el control que sobre el Gobierno han ejercido hasta el presente los partidos corruptos de la burguesía, caracterizados por el robo y su desprecio a los intereses de las masas populares”. De esta manera, Saúl Méndez, dirigente de los obreros de la construcción de Panamá y actual coordinador de FRENADESO, anunciara la intención que tiene el frente popular de buscar una alternativa electoral.
Los sectores populares no han tenido éxito en las contiendas electorales panameñas. Aún cuando ha logrado grandes triunfos mediante la movilización popular, su experiencia en el terreno electoral ha sido infructuosa.
Méndez aclaró “que no se trata de convertir a FRENADESO en partido político”. La estrategia que anunciara el dirigente del Sindicato de los Trabajadores de Construcción (SUNTRACS), Saúl Méndez, consiste en “dialogar, reflexionar y debatir con otras fuerzas populares, democráticas y progresistas (sobre) la conveniencia de construir un instrumento político sin dueños”. FRENADESO nació hace seis años con la crisis de la Caja de Seguro Social (CSS) que generó protestas masivas de la población y, especialmente, de los trabajadores del país.
Méndez fue el orador de fondo en el II Congreso Nacional de FRENADESO el fin de semana pasado. Enfatizó que quieren “darle salida real al descontento popular y a las ansias y voluntad de cambio del pueblo e impedir que éste siga canalizado por los embaucadores y los falsos profetas de los partidos tradicionales”. Según Méndez los oligarcas panameños “trafican con las luchas populares y engañan al pueblo en base a una calculada campaña mediática de los principales centros de desinformación del país y de una multimillonaria campaña publicitaria”.
Otro dirigente de FRENADESO, el profesor Andrés Rodríguez, presidente de la Asociación de Profesores, señaló que el frente popular “ha logrado desplegarse a nivel nacional, acumular fuerza social, fortalecer su capacidad de movilización y junto a otros sectores libra a diario las luchas contra las políticas neoliberales”. Según el educador colonense, hay condiciones para iniciar una organización política basada en la “unidad de los sectores campesinos, indígenas y ambientalistas que se oponen a los proyectos depredadores”. Rodríguez denunció la “partidocracia” e, igualmente, “a los partidos corruptos de la clase dominante”. Señaló la necesidad de “construir un instrumento político electoral como alternativa”.
El II Congreso de FRENADESO (Frente Nacional de Defensa de los Derechos Económicos y Sociales) reiteró su llamado a una constituyente originaria que le permita al pueblo panameño introducir reformas profundas a la actual estructura política panameña. También eligió una nueva directiva formada por trabajadores, educadores, campesinos, indígenas y estudiantes. En su declaración final reivindicó la memoria de los obreros asesinados por agentes de la Policía Nacional y se solidarizó con las luchas campesinas e indígenas por sus tierras.
El Partido Alternativa Popular (PAP) saludó de manera positiva el pronunciamiento de FRENADESO y se ofreció a dialogar en torno a un esfuerzo conjunto para construir el “instrumento político” anunciado por el frente popular. Según Olmedo Beluche, dirigente del PAP, “un acuerdo es posible y necesario” entre todos los sectores del movimiento popular.
Panamá, 20 de agosto de 2009.