viernes, 27 de marzo de 2009
Campaña con la misma propuesta económica y social
Me he propuesto, desde hace varias semanas, analizar junto con muchos otros las propuestas económicas y sociales de los candidatos a la Presidencia en las próximas elecciones del 3 de mayo. He revisado con cuidado los programas y planes publicados por las campañas e, igualmente, he dado seguimiento a las declaraciones de los tres “presidenciables”.La primera conclusión a la cual se puede llegar después de una lectura de las propuestas, es que los candidatos coinciden plenamente en darle seguimiento a las políticas de flexibilización y descentralización instauradas en Panamá después de la invasión militar de EEUU en 1989. Estas políticas han tenido dos resultados muy a la vista y un peligro para el futuro:En primer lugar, ha permitido que la enorme riqueza del país se concentre cada vez más en una pequeña oligarquía que se ha adueñado de todos los recursos naturales, servicios y actividades productivas. En segundo lugar, ha empobrecido a los trabajadores que apenas pueden sobrevivir en condiciones de desempleo, empleo informal, con un salario familiar promedio inferior a los 400 dólares al mes. (La canasta básica supera holgadamente esa cifra). Tanto Balbina Herrera, del Partido Democrático Revolucionario (PRD), como Ricardo Martinelli, de Cambio Democrático, han expresado de manera explícita que continuarán profundizando esta política. Balbina ha señalado que su equipo económico incluirá los personajes que más daño le han hecho al país en materia de desarrollo económico y social. Martinelli anunció, incluso, que eliminará el pago de impuestos a los más ricos.Los dos candidatos presentan discursos que abiertamente pretenden ganarse a la clase especuladora que se ha adueñado del Estado panameño. El actual presidente Martín Torrijos, en su recta final y envuelto en toda clase de escándalos de corrupción, acaba de firmar dos acuerdos internacionales que endeuda el país en más de mil millones de dólares. Los dos candidatos han aplaudido la poca atinada medida del gobierno.En los programas de los dos candidatos no hay planes de desarrollo productivo, en el campo agropecuario ni en el sector manufacturero. En el sector de servicios (casi el 80 por ciento del producto interno bruto del país) los candidatos abanican proyectos especulativos con la participación de los mal llamados inversionistas extranjeros.Con relación a la educación y a la salud, sorprende la candidez de los discursos que proponen la privatización de ambos sectores. Incluso, los planteamientos no señalan que supuestamente mejorarán los servicios. Al contrario, aseguran que estas áreas representan excelentes oportunidades para hacer negocios. Los candidatos ya tienen sus equipos económicos trabajando sobre el potencial de generar ganancias para los “inversionistas”, junto con los asesores del FMI, Banco Mundial, BID y otras entidades enquistadas en los ministerios.Los candidatos Balbina y Martinelli no se preocupan del peligro que representa la crisis económica que afecta la producción y el comercio mundial. Son ajenos a la disminución de los tránsitos por el Canal de Panamá, por la bajn de las exportaciones de bienes y servicios, por el frenazo de la construcción ni de la reducción de las visitas de “turistas”. Los próximos cinco años serán difíciles para la economía panameña y no hay plan alguno para preparar las acciones de mitigación. Al fin y al cabo, pensarán que los trabajadores – como siempre - pagarán todos los platos rotos.Panamá, 26 de marzo de 2009.Hay 15 preguntas que se desprenden de esta lectura:¿Es verdad que las políticas económicas y sociales adoptadas por los diferentes gobiernos (PRD y Panameñistas) desde 1989 han permitido que “la enorme riqueza del país se concentre cada vez más en una pequeña oligarquía que se ha adueñado de todos los recursos naturales, servicios y actividades productivas”?¿Es verdad que las políticas económicas y sociales adoptadas por los diferentes gobiernos (PRD y Panameñistas) desde 1989 han “empobrecido a los trabajadores que apenas pueden sobrevivir en condiciones de desempleo, empleo informal, con un salario familiar promedio inferior a los 400 dólares al mes. (La canasta básica supera holgadamente esa cifra)”? ¿Es verdad que “tanto Balbina Herrera, del Partido Democrático Revolucionario (PRD), como Ricardo Martinelli, de Cambio Democrático, han expresado de manera explícita que continuarán profundizando esta política” concentradora de riqueza y creadora de pobreza entre los trabajadores?.¿Es verdad que “Balbina ha señalado que su equipo económico incluirá los personajes que más daño le han hecho al país en materia de desarrollo económico y social”?¿Es verdad que “Martinelli anunció que eliminará el pago de impuestos a los más ricos?¿Es verdad que “los dos candidatos presentan discursos que abiertamente pretenden ganarse a la clase especuladora que se ha adueñado del Estado panameño?¿Es verdad que los dos candidatos aceptan los acuerdos firmados recientemente por “el actual presidente Martín Torrijos... que endeuda el país en más de mil millones de dólares”?¿Es verdad que “en los programas de los dos candidatos no hay planes de desarrollo productivo, en el campo agropecuario ni en el sector manufacturero”? ¿Es verdad que “en el sector de servicios (casi el 80 por ciento del producto interno bruto del país) los candidatos abanican proyectos especulativos con la participación de los mal llamados inversionistas extranjeros?¿Es verdad que “con relación a la educación y a la salud, sorprende la candidez de los discursos que proponen la privatización de ambos sectores?¿Es verdad que “aseguran que estas áreas (sociales) representan excelentes oportunidades para hacer negocios”?¿Es verdad que los candidatos Balbina y Martinelli “no se preocupan del peligro que representa la crisis económica que afecta la producción y el comercio mundial”?¿Es verdad que no les preocupa “la disminución de los tránsitos por el Canal de Panamá, por la baja de las exportaciones de bienes y servicios, por el frenazo de la construcción ni de la reducción de las visitas de “turistas”? ¿Es verdad que “los próximos cinco años serán difíciles para la economía panameña y no hay plan alguno para preparar las acciones de mitigación”? ¿Es verdad que los candidatos piensan “que los trabajadores – como siempre - pagarán todos los platos rotos”?
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